Ante el incremento en la presencia de atracos en las últimas semanas en los senderos del cerro de La Cruz, comprendido entre las quebradas La Vieja y Las Delicias, Localidad de Chapinero, esta pretende ser una propuesta para asumir la seguridad de los Cerros Orientales como una oportunidad para sumar a la transformación social de nuestra ciudad.
La oportunidad de los atracos en los Cerros Orientales
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Ante el incremento en la presencia de atracos en las últimas semanas en los senderos del cerro de La Cruz, comprendido entre las quebradas La Vieja y Las Delicias, Localidad de Chapinero, esta pretende ser una propuesta para asumir la seguridad de los Cerros Orientales como una oportunidad para sumar a la transformación social de nuestra ciudad.
Comencemos por aceptar que los atracos en los Cerros Orientales continuarán. Dudaría profundamente de cualquier administración de la ciudad que asegure que a partir de unas maravillosas medidas que está tomando, desde mañana nunca más volverá a ocurrir un solo atraco en los Cerros Orientales. Sería algo imposible de creer según los datos históricos y dentro de la realidad de nuestra ciudad.
De lo que se trata entonces es que ciudadanos y servidores públicos, serenamente y sin ser condicionados por la angustia que produce un atraco, unamos esfuerzos y nos enfoquemos hacia la reducción de su frecuencia, desde la prevención y sin la poco viable expectativa de que no volverán a ocurrir.
Propondría que cambiemos de imaginario y veamos la seguridad en un sentido más amplio. Existe un imaginario muy generalizado en el que se piensa que unos cerros son seguros porque están llenos de policías que garantizan que los caminantes podamos subir escoltados a recorrer los senderos. Propongo un nuevo imaginario en el que asumamos como meta unos cerros en los que nos sentimos seguros porque podemos recorrerlos sin presencia de policía.
Sé que puede ser una visión un tanto utópica para algunos en una ciudad como Bogotá, pero es una visión deseable, de largo plazo y que da un propósito diferente a las acciones de las instituciones del Estado y de las comunidades organizadas en relación con el territorio y sus habitantes.
La verdadera seguridad será entonces el resultado de una comprensión de los cerros en su complejidad, complejidad que pasa por el reconocimiento de las comunidades que habitan en los barrios ubicados en los cerros y su calidad de vida.
Desde los aprendizajes que durante los últimos años ha dejado el creciente proceso de uso público de los Cerros Orientales, hoy sentimos que la creación de condiciones de seguridad, señalización, adecuación y operación de los senderos puede llevar a convertir los cerros en una oportunidad económica para que los jóvenes de esas comunidades, anfitriones por naturaleza de ese territorio, nos lleven a tener contacto con la naturaleza y a enamorarnos de los cerros y sus comunidades, llegando a convertirlos en una alternativa que contribuya al mejoramiento de su calidad de vida.
Como se trata de un proceso al largo plazo, mientras se va interiorizando ese cambio de imaginario es necesario que continúe la formación de los ciudadanos hacia una actitud preventiva y avance la estructuración de la policía de acuerdo con las necesidades y las características del territorio.
Desde el 5 de mayo de 2012, fecha en que se inició el ininterrumpido acompañamiento de la policía nacional en los senderos de las quebradas La Vieja y Las Delicias, esta institución ha tenido un proceso gradual de organización orientado a las necesidades de los cerros. Hoy el comando está bajo la responsabilidad de la Policía de Carabineros, prestando servicio en los senderos Horizontes-Las Moyas, quebrada La Vieja, quebrada Las Delicias y río San Francisco- Vicachá, estando muy próximo a iniciarse el servicio en los senderos del Pico del Águila y La Aguadora.
Hay que destacar la cada vez mayor disposición de la Secretaría de Seguridad y de la Policía de Carabineros para avanzar con una mirada cada vez más estratégica del territorio y una cercana comunicación con la comunidad, disposición necesaria para que el proceso de un uso público respetuoso y seguro de la red de senderos de los Cerros Orientales pueda seguir avanzando y la visión de la presente administración de la ciudad en relación con ese territorio tenga sentido.
¿Qué podemos hacer los visitantes para aportar a la seguridad de los senderos, mientras se va dando ese cambio de imaginario?
Así como en la zona urbana, para ir de un lugar a otro, los ciudadanos estamos en libertad de utilizar la ruta que nos parezca, también en la montaña estamos en libertad de recorrer los senderos que queramos. De lo que se trata entonces es de prevenir no llevando elementos de valor y caminando en aquellos senderos en que hay acompañamiento de la policía, en el horario establecido y siguiendo las recomendaciones de la policía y los guardabosques. Esa actitud preventiva contribuirá a evitar que corramos riesgos innecesarios.
El reto es grande y será entonces necesario persistir en el trabajo articulado de instituciones y comunidad organizada para que algún día sea posible el imaginario de unos Cerros Orientales en los que nos sintamos seguros sin necesidad de presencia de policía. ¿Alguien le camina?
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