Los “compañeros de batalla” del alcalde Gutiérrez
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Pasaron casi cinco meses para que el alcalde Federico Gutiérrez hablara de una investigación de De la Urbe sobre la creación, desde el equipo de redes sociales de la Alcaldía de Medellín, de decenas cuentas falsas que terminaron promoviendo candidaturas del Centro Democrático en las pasadas elecciones legislativas y presidenciales.
Gutiérrez dijo en una entrevista para El Colombiano que no sabe qué es “La bodega de Fico”, que no es cierto que sus contratistas hayan creado cuentas falsas y que él mismo maneja sus redes personales.
Su versión sobre ese último punto coincide con la de un derecho de petición que la Alcaldía de Medellín respondió a De la Urbe el pasado 5 julio.
Aunque fue dirigido al alcalde, la respuesta está firmada por su secretario de Comunicaciones Jorge González: “Respecto a la existencia de personas designadas para la publicación en las redes personales del alcalde, no hay personas que realicen dicha actividad toda vez que estas cuentas son manejadas directamente por el alcalde”.
Sin embargo, ambas afirmaciones se contradicen con la respuesta a otro derecho de petición, radicado por un ciudadano el 6 de marzo de 2017, en el que preguntaba por los gastos en publicidad de la administración municipal y por los recursos destinados a la operación de las cuentas personales del alcalde Gutiérrez.
En el documento, remitido el 2 de junio de 2017, la subsecretaria de Servicio a la Ciudadanía Mónica María Velásquez afirma que “los contenidos en las cuentas del Alcalde Federico Gutiérrez las maneja Mateo Gómez Vahos y Santiago Jaramillo (camarógrafo)”.
El Colombiano también le preguntó a Gutiérrez quién es Mateo Gómez Vahos, “supuesto creador de “‘La bodega de Fico’”. Respondió que es una persona que quiere mucho, que es su amigo, que tiene contrato con la Alcaldía y que “cumple un papel fundamental en esta ciudad”.
Lo que no dijo el alcalde es que el contrato de Gómez Vahos en 2017, periodo en que ordenó al equipo de redes sociales de la Secretaría de Comunicaciones la creación de las cuentas falsas, incluía la responsabilidad de “desarrollar, obtener, preparar y publicar contenido audiovisual en las diferentes redes sociales de la Alcaldía de Medellín y/o del señor Alcalde”.
Esa misma expresión, que no deja duda sobre su responsabilidad en el manejo de las redes personales de Gutiérrez, hacía parte del objeto del contrato que tuvo Gómez Vahos en el primer semestre de 2018.
Casualmente, el contrato actual, vigente entre el 5 de julio (el mismo día en que la Alcaldía respondió al derecho de petición de De la Urbe) y el 31 de diciembre de 2018, establece, entre otras funciones, “(…) desarrollar, obtener, preparar y publicar contenido para las diferentes redes sociales”. No aparece alguna mención a las redes institucionales de la Alcaldía y menos a las del alcalde Gutiérrez.
¿Por qué ese cambio en las funciones del contrato de Gómez Vahos?, ¿por qué Gutiérrez trata de distanciar sus cuentas personales del contratista que, en paralelo con sus funciones en la Alcaldía de Medellín, prestó sus servicios al Centro Democrático durante la pasada campaña?
Que sea uno o varios contratistas quienes manejen las redes sociales del alcalde de una ciudad con más de 2,5 millones de habitantes y más de 500.000 seguidores en Twitter, parece apenas normal. Pero la contradicción en las respuestas de la Alcaldía no lo es, mucho menos si esas afirmaciones se ponen en contexto y se suman a otras repuestas que ha dado la administración sobre su papel en las pasadas elecciones. No solo sobre el uso de sus redes.
¿Quién miente, alcalde?
De la Urbe publicó en agosto una nota de seguimiento sobre “La bodega de Fico” con algunas de las respuestas al derecho de petición de julio en las que, entre otras cosas, el secretario González dice que “Mateo Gómez Vahos no tiene un vínculo contractual con la Alcaldía de Medellín, ya que actualmente tiene vínculo contractual con la Asociación Canal Local Telemedellín, por medio del cual presta apoyo en temas de comunicación digital (redes sociales) a la Secretaría de Comunicaciones del Municipio de Medellín”. Otra contradicción.
La leguleyada de esa respuesta se explica porque es cierto que Telemedellín es una asociación sin ánimo de lucro y no puede considerarse una dependencia de la administración municipal.
Sin embargo, pasa por alto que esa asociación la integran entidades públicas del orden municipal y que la Gerencia de ese canal (no ahora sino desde su origen) es designada por el alcalde como si se tratara de una secretaría de despacho.
También obvia que el esquema de contratación de personal por prestación de servicios de la Alcaldía de Medellín se vale de entidades como Telemedellín, con las cuales establece contratos interadministrativos, para así proveer, a través de proyectos, el personal que cumple diversas funciones en la administración municipal, entre ellas, las del equipo de redes sociales del que hace parte Gómez Vahos.
Otras respuestas de la Alcaldía a ese derecho de petición arrojan más claves. Unas simplemente son llamativas, no solo por su redacción, sino por el razonamiento en que se fundamentan. Por ejemplo, a la pregunta sobre si se puso en marcha alguna investigación interna por “La bodega de Fico”, González responde que “la denuncia carece de fundamento, pues va en contravía de las directrices y lineamientos comunicacionales del Municipio de Medellín”. En otras palabras, el secretario niega la creación de las cuentas falsas con el argumento de que no existe una directriz oficial que lo ordene.
El asunto no para ahí. El 29 de mayo, el programa radial Despierta Antioquia anunció la renuncia de cuatro servidores de la Alcaldía de Medellín: Santiago Gómez Barrera, secretario de Gobierno y Apoyo al Gabinete; Manuel Villa Mejía, secretario privado; y las asesoras Isolda María Vélez Holguín y Luisa Fernanda Flórez Jaramillo.
Según ese medio, los cuatro funcionarios se apartarían de sus funciones para sumarse a la campaña presidencial de Iván Duque. No obstante, el programa rectificó poco después y aclaró que Vélez Holguín dejaría su cargo para regresar al periódico El Colombiano, medio en el que trabajó antes de llegar a la Alcaldía en 2016.
Al respecto, el secretario González responde que la única persona que presentó su renuncia, y por razones personales, fue Isolda Vélez, quien en efecto asumió como macroeditora local de El Colombiano.
Sin embargo, consultadas para esta columna, tres personas que conocieron de cerca la situación aseguraron que las renuncias de Gómez, Villa y Flórez sí fueron presentadas al alcalde Gutiérrez. Dos de esas fuentes coincidieron en que la determinación de no hacerlas efectivas fue de la propia campaña de Duque: “Supuestamente porque quedaba en evidencia el apoyo a esa campaña”, dijo una de ellas.
Pero hay más. El primero de abril, Sebastián Moreno López, excandidato a la Asamblea Departamental de Antioquia por el Centro Democrático, publicó una fotografía junto al ahora senador por esa misma colectividad Nicolás Pérez Vásquez (sobrino del gobernador Luis Pérez), al alcalde Federico Gutiérrez y al secretario de Gobierno Santiago Gómez Barrera. En la descripción de la foto, Moreno escribe: “Compañeros de batalla, lucharemos por sacar adelante esta gran nación”.
A la pregunta sobre el contexto de la fotografía, el secretario González responde que “fue tomada en uno de los múltiples recorridos del señor alcalde Federico Gutiérrez junto con el secretario de Gobierno y Gestión del Gabinete Santiago Gómez por las calles de la ciudad de Medellín, en el que casualmente se encontraron con el senador electo y el señor Moreno”.
Sin embargo, omite en su respuesta que ese encuentro no fue en cualquiera de esos “múltiples recorridos”. En realidad, la foto fue tomada en el puesto de votación del Inem José Félix de Restrepo el 11 de marzo de 2018, día de las elecciones legislativas. Precisamente, en esa jornada Pérez Vásquez fue elegido con 28.983 votos, ocupando el lugar número 14 en la lista de 19 senadores del Centro Democrático.
Es apenas natural que el alcalde tenga afinidades políticas, y claro, puede tomarse fotos con quien le parezca, ¿pero el día de las elecciones, con un candidato y en un puesto de votación? ¿Tuvieron las mismas garantías los aspirantes de otras colectividades?
La respuesta de la Alcaldía a la pregunta sobre esas garantías es que sí. Dice el secretario González que “sin duda alguna”, que “durante la época de campañas electorales, la administración municipal veló por garantizar los mismos derechos a todos los candidatos a cargos de elección popular”.
Y sobre si el alcalde se considera “compañero de batalla” de Sebastián Moreno, del senador Pérez o de otros militantes del Centro Democrático, responde González que “la pregunta es confusa al hacer referencia a la expresión ‘compañeros de batalla’, ya que se puede interpretar de distintas formas y dado que es una expresión no realizada por el Señor Alcalde no es posible definirla”.
Sí, la expresión no fue usada por Gutiérrez, pero precisamente a eso apunta la pregunta que el secretario califica como confusa. Porque no fue solo “La bodega de Fico” y la falta de una respuesta por parte del alcalde que vaya más allá de los monosílabos. Tampoco, la fallida renuncia de algunos de sus colaboradores más cercanos.
El 28 de mayo, un día después de la primera vuelta presidencial, circularon las fotografías de una camioneta al servicio de la Secretaría de Movilidad de Medellín con publicidad de Iván Duque. La Alcaldía respondió que "no acepta por ningún motivo la participación de contratistas en política".
Ese mismo día, la cuenta oficial de la Secretaría de Seguridad publicó un trino en el que insultaba al candidato Gustavo Petro. El secretario Andrés Tobón aseguró que la cuenta fue hackeada y denunció el hecho ante la Fiscalía.
Después de que Duque ganó en segunda vuelta, el mismo secretario celebró el resultado, dijo que los que deben tener miedo con su victoria son los criminales y que “saben muy bien lo que se les viene”.
Entre tanto, el 10 de julio, en un acto en que el gobernador Luis Pérez condecoró al entonces presidente electo, el secretario de Gobierno Santiago Gómez, en calidad de alcalde encargado, halagó a Duque, contó que el día anterior tuvo la oportunidad de leer dos páginas de su libro y dijo que “orgullo debe sentir este pueblo de tenerlo como gobernante”. También citó al alcalde Gutiérrez: “Termino diciéndole, señor presidente, algo que me ha dicho ‘Fico’ estos días: estoy seguro que Iván va a enamorar a Colombia”.
Claro, el alcalde y sus secretarios pueden elegir a los “compañeros de batalla” que quieran, pero lo que no pueden hacer es usar su figuración y los recursos de la administración para favorecerlos en un proceso electoral.
Hay demasiadas sombras que ponen en cuestión la capacidad de Federico Gutiérrez y su círculo más cercano de separar sus afinidades políticas de su función pública en tiempos de elecciones.
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