Los parásitos de la vida moderna
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Un relato tragicómico sobre el resentimiento, el abuso de confianza , la falta de empatía, egoísmo e injusticia social que carcome a nuestra sociedad.
Es imposible sentarse frente a la pantalla y no sentirse identificado frente a esta historia que encaja en casi todas las culturas donde cada vez se hace más grande la brecha que separa a ricos y pobres.
La pobreza apesta , ningún arquetipo es llegar a ser pobre sobrevivir en una casa destartalada condenado al hacinamiento con tu familia. En un mundo capitalista como este me atrevería a asegurar que todos sueñan con la vida que se vende en Internet, cómoda, con viajes a sitios exóticos sin afanes financieros. Desgraciadamente, la torta no rinde tanto y en la repartición de los pedazos de este sistema a la gran mayoría no le tocan ni las migajas.
La educación fue el pretexto para que se ligaran estas dos familias una en la cima y otra en el subsuelo, la entrada del maestro impostor a esa majestuosa casa minimalista nos adentró al mundo de los privilegios de las fáciles soluciones a todos los problemas siempre y cuando tengas dinero.
Estos nuevos ricos se presentan como ingenuos, de buen corazón y justos frente a los empleados que les toca contratar para seguir con sus comodidades pero dejan claro que hay un límite que los de abajo no deben pasar, esa sutil discriminación hacia los que no están en el mismo nivel.
Y es en la intimidad de la casa donde se evidencian los peores sentimientos del ser humano y más cuando por beneficio de dos clases sociales cada una se ve obligada a servirse de la otra.
Esa convivencia entre quienes lo tienen todo y quienes no tienen casi nada que algunos ven como la solución a la inequidad puede ser la que enciende el odio y la envidia entre tanta diferencia. El caldo de resentimiento que se cocina a fuego lento y da pie a que se desencadene cierta violencia que no resulta exagerada en el guión.
En esta narrativa hay dos clases de pobres, los que se autocondenarón a ser serviles y logran la perfección en su trabajo para obtener a escondidas un pedacito de la casa. Ese objeto de deseo que todos deseaban alcanzar.
La primera ama de llaves y su marido confinado en el búnker, apreciaban la obra de arte del arquitecto sin empañar su perfecta belleza, enaltecían la luz que entraba por la ventana gigante que daba al jardín zen, vivieron sus mejores momentos allí.
Hasta que llegaron los impostores que a punta de trampas quisieron retar el orden que allí había y creyeron por un momento que la vida les sonreía, pero nada mas lejos de la realidad todo les salió mal: ¿Cual fue el plan para salir del enredo? Ninguno. En su lógica es mejor no hacer planes para así no pensar si estuvo bien o mal si llegas a matar a alguien y traicionas su confianza.
¿Quién es el parásito en esta historia, los ricos que no saben vivir sin esta esclavitud moderna que les facilita la vida o los desempleados que deben renunciar a parte de su dignidad para sobrevivir?
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