Necesitamos aire puro

Html

airepuro.jpg

Un informe reciente del Banco Mundial relata que una décima parte de las muertes en el mundo son causadas por la contaminación y que esta proporción es mucho más alta en las grandes ciudades de los países en desarrollo, como Bogotá. 

Los tradicionales vientos de agosto duraron hasta bien entrado septiembre.  Trajeron la sensación de limpiar por algunos momentos el aire de la ciudad y permitir a nuestros pulmones respirar con tranquilidad. 

Cuando se aprecian uno por uno los problemas que nos aquejan a los bogotanos, probablemente el principal es la contaminación del aire.  Sus efectos sobre la salud son devastadores, como los de ningún otro factor en nuestra era, y ataca a todos los ciudadanos por igual.

Los efectos nocivos de la contaminación del aire están en general bien documentados. Pero, dada la gran cantidad de sustancias químicas que generan los motores de combustión, especialmente los que utilizan diesel, aún hay mucho por conocerse con respecto al daño que hacen a la salud en el largo plazo.

Un informe reciente del Banco Mundial relata que una décima parte de las muertes en el mundo son causadas por la contaminación y que esta proporción es mucho más alta en las grandes ciudades de los países en desarrollo, como Bogotá. 

La contaminación se refleja directamente en enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares (derrame cerebral), cáncer de pulmón y otros males pulmonares crónicos y respiratorios.

Las emisiones de los motores diesel han sido asociadas también a muchos otros tipos de cancer y a daños en los sistemas inmunológicos.

De acuerdo a una clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bogotá es una de las 10 ciudades más contaminadas de Latinoamérica, con 27 microgramos de particulas contaminantes por metro cúbico de aire.

Bogotá supera ya con creces a Ciudad de México, que solía liderar estas clasificaciones hasta hace unos años. 

En el 2015 la administración de Petro lanzó un “Sistema Integrado de Calidad del Aire de Bogotá” (Simcab) y un “indice de calidad”, iniciativas que aparentemente no produjeron resultados prácticos. 

Dados los altísimos niveles de contaminación en nuestra ciudad, implementar sofisticados sistemas de monitoreo permanente es casi irrelevante. 

Todos los diagnósticos sobre la contaminación apuntan a que en términos de material particulado grande (PM25) , pequeño (PM10), monoxido y dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno, azufre y demás, Bogotá supera con creces los límites superiores recomendados por la OMS.

El control de la contaminación es una labor prioritaria para el gobierno de la ciudad. 

Sin un manejo por parte de la administración distrital el problema continuará agravandose, en la medida en que el parque automotor crece exponencialmente así como el tiempo durante el cual están prendidos los motores, dado el aumento en las distancias recorridas y la mayor congestión.

Uno de los aspectos más fuertes de la Alcaldía Peñalosa es su énfasis sobre recuperar para todos los ciudadanos el disfrute de los placeres más humanamente elementales, al alcance de todos sin consideración de su posición socioeconómica, como caminar, montar en bicicleta o jugar en un parque arborizado.

Para mejorar la calidad del aire se pueden tomar una serie de medidas inmediatas: crear un impuesto de rodamiento especial a las categorías de vehículos más contaminantes, los que utilizan diesel, los modelos anteriores a 1990, etc.  Aumentar el pico y placa a todo el día. Aumentar la sobretasa de la gasolina, particularmente al diesel. Impulsar los carros eléctricos y a gas natural.

Este espacio es posible gracias a

Cachaca

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

Compartir
0
Preloader
  • Amigo
  • Lector
  • Usuario

Cargando...

Preloader
  • Los periodistas están prendiendo sus computadores
  • Micrófonos encendidos
  • Estamos cargando últimas noticias