Los hechos historicos no mienten, pero hay tiempo para pedir perdón a los afectados
Reto a las farc, a colocar una cruz por los 73 asesinados del Billar el 22 de febrero
Fue el día 22 de febrero del año 98 cuando a las 4 y 20 de la tarde un radioperador gritaba con terror “auxilio, auxilio nos están matando los tenemos encima, son muchos son muchos” luego la comunicación se perdió totalmente y sus voces se callaron para siempre en la quebrada El Billar del municipio de Cartagena del Chaira departamento del Caquetá, aguas arriba hacia el norte donde las tropas del batallón de contraguerrillas numero 52 orgánicas de la Brigada Móvil número tres del Ejército Colombiano realizaban operaciones militares de control por que el bloque sur de las farc había hecho presencia en la escuela de la vereda.
Fue allí donde las farc de la manera más cruel que haya visto e inhumana asesinaron, quemaron, regaron aceite caliente en sus rostros, cortaron huellas digitales y quitaron las placas de identificación de las botas de los soldados para que su reconocimiento no fuera fácil, el subteniente de color Riascos Godoy Harol en sus primeros años de oficial quedo irreconocible y con tiro de gracia en la frente, es allí donde la historia de este país se escribió con sangre de soldado, con lágrimas de dolor, con la tristeza de 73 familias afectadas, con la mirada aterradora con la que quedaron los cadáveres en medio de la selva del caguan, fue allí donde se escribió una página de tantas que no se puede olvidar por un frente de las farc con la aprobación de los cabecillas que hoy firmar la paz.
Sin embargo, los colombianos aceptamos como siempre las decisiones de los gobiernos y más si con ello se construye la tranquilidad del país, por eso hoy cuando queremos dar muestras de buena fe RETO a las farc con todos sus cabecillas negociadores a mostrar lágrimas de arrepentimiento, palabras de credibilidad, pedir perdón a las familias de los 73 asesinados (cuatro oficiales, nueve suboficiales y sesenta soldados) a colocar una cruz en ese lugar y una más en cada lugar del país donde por razones del conflicto interno por sus manos murieron hombres, mujeres, niños y ancianos para que en cada cruz quede una culpa menos, un arrepentimiento más y una muestra de verdadera que los deseos de obtener el poder planeados hace 20 años son los mismos deseos de 20 años de arrepentimiento humano hacia ese ser superior.
Solo aquellos que vivieron de cerca ese brutal acto de genocidio que violo todas las normas de los derechos humanos y las familias que recibieron un cadáver donde se frustraron sueños y anhelos de vida, comprenden las fallas de la justicia ante estos hechos lamentables, la impotencia de los militares para la fecha y la intención de un presidente al tender un tapete rojo hacia el palacio de Nariño a quienes fueron víctimas y victimarios ante la comunidad internacional dando como un triunfo universal esta nueva etapa de la historia, sin embargo un premio nobel y unos cuantos dólares no cambiaran la realidad que se escribió con sangre, muchos menos quien hoy es secretario de UNASUR el ex presidente Samper que llego días después de la barbarie a tres esquinas Caquetá al puesto de mando de la unidad donde ni siquiera supo que decirle a las tropas en la selva, su única pregunta fue “como está el tiempo por allá” que le iban a decir después de semejante acto inhumano.
La historia no miente, la mente no olvida, lo escrito ya está escrito y así se quedara, hoy solo queda mirar hacia adelante, perdonar al verdugo y esperar que no se repita, pero por lo menos que se muestre acciones de generosidad con la mano tendida del pueblo sufrido que no encuentra otro camino para liberarse del verdugo bajo el consentimiento de un gobierno que genera incertidumbre al proyectar una paz estable y duradera.
“El camino puede ser difícil pero con tu ayuda lo podemos lograr”
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