La captura y liberación del Alcalde de Yopal volvió a poner en el radar el futuro de la alianza presidencial Polo-Verde-Fajardo. Sin embargo, como proyecto nacional no cuajará en octubre a pesar de las expectativas que dejó en 2018.
La Coalición Colombia vuelve a sonar por Yopal, pero nada que cuaja para las locales
Claudia López, Jorge Robledo, Leonardo Puentes (Alcalde de Yopal) y Sergio Fajardo.
La captura el viernes del Alcalde de Yopal, Leonardo Puentes, porque presuntamente participó en actos de corrupción, y su libertad tras menos de 24 horas, no sólo dejó a la capital de Casanare en una nueva zozobra política.
También volvió a poner sobre la mesa la alianza que en 2017, en los albores de la campaña presidencial, armaron Claudia López, Jorge Robledo y Sergio Fajardo para impulsar a Puentes a la Alcaldía como forma de sembrar en lo local lo que se convirtió luego en la Coalición Colombia (que entre ellos llaman CoCo), con la promesa de esos tres sectores de mantener viva la alianza para las elecciones regionales de octubre de este año.
Ya es claro, sin embargo, que como proyecto nacional no funcionará en las regionales.
La semilla de Yopal
El domingo 26 de noviembre de 2017 Leonardo Puentes fue elegido Alcalde de Yopal como reemplazo de John Jairo Torres, conocido como ‘John Calzones’, que había sido elegido en 2015 mientras estaba en la cárcel.
Puentes, militante de la Alianza Verde, se enfrentó al uribismo y a la clase política tradicional del municipio con una bandera anticorrupción que, en un momento en que se calentaba la campaña presidencial, identificaba a la entonces senadora verde Claudia López, el senador del Polo Jorge Robledo y el máximo líder de Compromiso Ciudadano, Sergio Fajardo.
Los tres habían decidido juntarse para las presidenciales de 2018 en lo que llamaron la Coalición Colombia (CoCo), también conocida como la de los Ni-Ni porque no estaban ni con Juan Manuel Santos ni con Álvaro Uribe (al final, también decidieron no aliarse con Gustavo Petro), y fueron hasta Yopal a impulsar la campaña de Puentes.
Su triunfo frente al candidato de Uribe fue visto no sólo como un presagio de que era una alianza prometedora en las presidenciales, sino de que posiblemente tendría futuro en el resto del país.
De hecho, luego de que Fajardo, como su candidato presidencial, se quemó en la primera vuelta con 4,5 millones de votos, bastante por debajo de Iván Duque y ligeramente por debajo de Petro; él, López y Robledo no se enfocaron tanto en incidir en la segunda vuelta como en comenzar a preparar las regionales en clave de CoCo.
Era lógico teniendo en cuenta el triunfo de Fajardo en capitales como Bogotá, Cali, Bucaramanga, Manizales, Armenia, Pereira y Tunja.
Sin embargo, llegó el 2019 y de esa idea de hacer de la CoCo un proyecto nacional en las elecciones locales de este año aún no se habla con fuerza.
El mismo nombre de la CoCo estaba por debajo del radar de la opinión hasta que este viernes la Policía, por petición de la Fiscalía, capturó a Puentes porque presuntamente está involucrado en el direccionamiento de un contrato en la empresa de servicios públicos Ceiba.
Por unas horas, eso se convirtió en un golpe de opinión para los líderes de la CoCo, sobre todo para Claudia López, que es candidata puntera a la Alcaldía de Bogotá, ya que Puentes milita en su partido, y sus críticos señalaron una paradoja en que ella lo haya promovido como un candidato anticorrupción pero haya sido capturado porque presuntamente es un corrupto.
Ayer, sin embargo, eso terminó matizado con la liberación de Puentes porque, aunque sigue cuestionado y podría enfrentar un juicio, la jueza consideró, a diferencia de la Fiscalía, que no había razón para que estuviera preso, lo que significa que no vio pruebas tan sólidas, y no considera que Puentes sea una amenaza estando libre.
López, entonces, aprovechó eso para devolver a su favor el golpe de opinión:
Juez deja en libertad al Alcalde de Yopal @leo_puentes y evidencia show de Fiscalía y politiquería.
— Claudia López (@ClaudiaLopez) 25 de mayo de 2019
Les duele que Leo y yopaleños valientes unidos derrotaron allá tambien a los señoritos del uribismo y #CorrupciónRadical.
Con garantías, verdad y unidad la justicia prevalecerá. pic.twitter.com/78cbeeOXXn
Lo que siga pasando en este caso, y que se lea como una prueba de la persecución a los anticorruptos o de la debilidad de sus filtros, posiblemente sea importante en Yopal para las elecciones locales de este año, pero cualquiera sea el resultado es difícil que signifique un impulso para que finalmente ese proyecto se concrete en otras regiones porque no aparece como bandera electoral de verdes, Polo y fajardismo en la mayoría de regiones a pesar de que era lo que esperaban, como dijo Fajardo en su discurso de aceptación de derrota hace un año.
Eso se debe a que las dinámicas propias de cada región en varios casos les impiden unirse y en otros a que se están forjando alianzas más amplias con discursos diversos dependiendo de la región.
Las dificultades y la ampliación
La primera muestra de que extender el proyecto sería difícil fueron las elecciones atípicas para elegir alcalde de Cartagena en mayo de 2018, justo antes de las presidenciales.
Como contó La Silla Caribe, allá hubo un intento por cristalizar un candidato único como Puentes, pero al final los fajardistas se enfocaron en la campaña presidencial, y los verdes y el Polo presentaron candidatos por separado.
Este año en esa ciudad la división será más notoria porque cada una de las tres fuerzas lleva candidato propio, por lo menos por el momento.
Más allá de ese caso puntual, el factor Petro, como anticipamos el año pasado, jugará un papel determinante en que sea muy difícil cumplir el objetivo de mantener pura la alianza Polo-Verde-Compromiso Ciudadano.
“La segunda vuelta entre Duque y Petro generó una nueva situación política porque puso al Verde y al Polo en una convergencia con otras fuerzas más allá de la Coalición Colombia.”, le dijo a La Silla Vacía el senador verde Antonio Sanguino. “Ésta funcionará en algunas partes, pero en general primará una coalición en la que no sólo estarán Polo, Verde y Compromiso Ciudadano, sino los disidentes del liberalismo, Colombia Humana, el Maís y la Unión Patriótica, por ejemplo”.
Ese panorama opera en dos vías.
Por una parte puede ocurrir como en Cali, donde el candidato verde, Jorge Iván Ospina, logró el respaldo del Polo y lo amplió al petrismo y otros sectores de izquierda, mientras Fajardo se la jugó por otro candidato, el empresario Alejandro Éder, tanto por su conocida prevención con Petro como porque Ospina tiene varios cuestionamientos e investigaciones de cuando fue alcalde.
En Cundinamarca, donde Fajardo quedó de segundo en primera vuelta y ganó sobre todo en los municipios de la Sabana (los que más ponen votos), tampoco funcionará.
El excandidato presidencial tiene como candidato por firmas al empresario Germán Escobar, y éste ya dijo que no se irá con los verdes porque los ve más inclinados a respaldar al candidato de las maquinarias (Nicolás García, que tiene respaldo de La U, Cambio Radical, Conservador y Liberal).
Está por verse si llega a un acuerdo con el candidato del Polo, Ricardo Mestizo, y en todo caso hay que tener en cuenta que como Escobar ha militado en el Centro Democrático, también ha estado en charlas con el uribismo y hace más difícil aliarse con Mestizo.
Algo parecido ocurre en Pereira, donde Fajardo ganó, pues aunque las tres fuerzas estaban en conversaciones, el Polo se juntó con la UP y Farc, por lo que el Verde y el fajardismo está haciendo el quite.
Esos tres son casos contrarios a lo que ocurre en Bogotá, donde, como en Cali, Fajardo ganó en primera vuelta.
En la capital Claudia López, avalada por el verde, tiene el respaldo de Fajardo (que era obvio después de que hicieron fórmula presidencial en 2018), y hace parte de una coalición en la que está el Polo de Robledo, el petrismo, el Mais, la UP y el movimiento Activista.
Es decir: en Bogotá los de la CoCo se mantienen unidos, pero como parte de una alianza más amplia con la idea de recuperar la Alcaldía para la centroizquierda.
Esa idea de unir a los sectores alternativos que, excepto el fajardismo, se unieron en segunda vuelta para respaldar a Petro se replica, por ejemplo, en Putumayo (donde en un primer momento incluso estuvo la Farc) o en Florencia (Caquetá).
En esos casos, la idea es generar la mayor unidad posible para pelearles a las maquinarias tradicionales.
En la campaña a la Gobernación de Santander es muy probable que la CoCo funcione, pero con matices.
Su candidato, Leonidas Gómez, podría recibir las bases del Nuevo Liberalismo que está moviendo el exsenador liberal Juan Manuel Galán, que no tiene mucha fuerza electoral pero en todo caso ha dicho que lo apoyaría.
En otros lugares todavía es incierto el panorama.
Por ejemplo, en Bucaramanga (donde Fajardo ganó en primera vuelta), están apostándole a que funcione, pero aún están en conversaciones; y en el Eje Cafetero, donde más probabilidades de unión hay (particularmente en Manizales, donde Fajardo ganó en primera), no han definido candidato aunque mantienen conversaciones desde hace meses, precisamente como efecto de los buenos resultados de haber estado juntos en las presidenciales.
El efecto segunda vuelta
En general, en las regiones las conversaciones continúan y los partidos de la CoCo mantienen puntos programáticos comunes, pero la dinámica de cada lugar puede tener efectos distintos.
Como resume Sara Moreno, Coordinadora Nacional de Compromiso Ciudadano, los acuerdos dependerán de las realidades locales.
Y en todo caso, lo más evidente hasta ahora es que la alianza se está ampliando, un coletazo tanto de lo que ocurrió para la segunda vuelta en que los sectores alternativos (excepto Fajardo) se volcaron hacia Petro, como del triunfo del Centro Democrático.
Eso ha hecho que la idea en muchas regiones ya no sea mantener una alianza para consolidar el centro político con la bandera anticorrupción, sino agrupar el mayor número de fuerzas alternativas posibles para hacerle contrapeso a la agenda nacional del uribismo y a la clase política tradicional.
Como nos dijo el senador Sanguino: “Hay nueva realidad política y es la generación de espacios de encuentro alrededor de la defensa de la paz y ante la amenaza al Estado de derecho que está promoviendo el núcleo duro del uribismo”.
Por eso en las alianzas alternativas están entrando expresiones como los liberales disidentes que en su momento estuvieron con Santos, o candidatos que se van por firmas sin un partido detrás pero con causas como el ambientalismo.
Lo que está por verse es si ese frente amplio, con un centro de gravedad más a la izquierda y un discurso más marcadamente antiuribista, marca la pauta para las presidenciales de 2022, o si la triada Verdes-Polo-Compromiso Ciudadano, con una agenda más de centro, vuelve a tomar aire para ese momento.