Las peleas que desató el gabinete de la paz

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En los partidos de los nuevos ministros del "gabinete por la paz y del posconflicto" lo que hay es conflicto.

El remezón ministerial de ayer causó grandes molestias entre los congresistas liberales y de La U, que hoy tienen previstas reuniones de bancada para discutir el asunto. Todo indica que la tensión seguirá hasta que se definan otros cambios en el Gobierno y, en el caso de los liberales, hasta que la Corte Suprema elija Fiscal General. Por eso, el nuevo gabinete “de la paz” de Juan Manuel Santos ha desatado una guerra al interior de la Unidad Nacional.

Entre tanto, los congresistas de ambos partidos esperan que esta semana el Gobierno cambie a viceministros, superintendentes y directores de otras entidades como el Sena y el Icbf, para mejorar su pedazo de la torta burocrática.

Por ahora no hay anuncios, pero la Silla supo directamente de dos viceministros de las carteras que cambiaron de titular que ya tomaron la decisión de renunciar a sus cargos, lo que abre espacio para que los nuevos ministros, o Santos, elijan sus reemplazos.

Si se dan esos cambios y Santos les da más juego a los que están molestos, eso podría ayudar a calmar los ánimos en el corto plazo. Incluso con quienes no ganen nada, porque es usual que los políticos muestren más los dientes cuando algo está en juego y una vez pase el momento, el pico de tensión tenderá a bajar.

Pero la pelea de fondo por la Fiscalía no se va a resolver tan pronto: la Corte Suprema hasta ahora va a decidir el proceso y cronograma para definir Fiscal.

La alta tensión por la Fiscalía

La semana pasada, después de que Santos presentó la terna con Néstor Humberto Martínez, aliado y amigo del vicepresidente Germán Vargas Lleras, y sin el fiscal general encargado Jorge Perdomo, el ex presidente César Gaviria, que apoyaba a éste, canceló su presencia en una reunión con Santos.

Pero esa fue apenas la primera señal de la molestia liberal.

El vocero y copresidente del Partido Liberal, el senador Horacio Serpa, habló ayer en varios medios y mostró el tamaño de la fisura. Dijo que “la Unidad Nacional ya no se justifica” y que Germán Vargas Lleras debería renunciar ya a la vicepresidencia.

Esas declaraciones son especialmente significativas porque hasta ahora Serpa había defendido la Unidad Nacional, incluso cuando Santos vendió Isagen en contravía de la postura del partido rojo. “Venta de Isagén no puede fracturar la Unidad Nacional” dijo en ese entonces, hace 3 meses.

 

Desde entonces han pasado varias cosas.

La más clara es que Santos armó la terna sin Perdomo, una decisión que, según dos fuentes liberales, reabrió una vieja herida: en 2014 César Gaviria impulsó a Gilberto Rondón a la Contraloría pero Santos les pidió a los liberales votar por Edgardo Maya, quien tenía el apoyo de Cambio Radical. Es decir, sienten que el presidente se volvió a inmiscuir en contra de los intereses de la casa Gaviria y de por lo menos parte del liberalismo.

Otra es que el liberalismo fue el único partido que perdió un ministerio en el remezón del lunes, al quedarse sin el Ministerio de Justicia, y por eso muchos sienten que es el perdedor de esa oleada de cambios. Así en días anteriores les hubieran mantenido la Unidad de Víctimas, dándosela además a un político de carrera, y les hubieran dado la nueva Agencia de Tierras.

Una tercera es que Santos mantuvo en el gabinete a otros que él dice que representan al liberalismo, pero que los congresistas no sienten como propios porque no les dan puestos ni les consultan sus decisiones: Alejandro Gaviria en Salud, Luis Carlos Villegas en Defensa, María Ángela Holguín en Relaciones Exteriores y David Luna (antiguo liberal, hoy más cercano a Cambio Radical) en TICs.

“De verdad se considera al interior de la bancada que hay ministerios que aparecen como liberales sin sentir el Partido y las bancadas que sean recíprocas en defender el ideario liberal”, explica Mario Castaño, representante de Caldas.

Y la cuarta es que los liberales cada vez tienen menos el monopolio sobre la bandera de la paz, que hasta ahora había estado teñida de rojo. Con el senador de La U Roy Barreras en La Habana y con la polista Clara López en el gabinete, el ‘manejo’ de la paz es cada vez más multicolor.

Al final, el argumento de los liberales es que Santos está apoyando la aspiración de Vargas, con una presencia importante de Cambio Radical en el gabinete y, sobre todo, al permitir que Néstor Humberto esté cerca de ser nombrado Fiscal, con todo lo que eso implica.

Por todo eso, siete congresistas liberales nos confirmaron que la molestia es real e intensa en este momento y que las bancadas se reunirán mañana para debatirla.

Ese es el primer paso para definir la posición del liberalismo, pues en el horizonte está el Congreso liberal del 15 de mayo que debe definir si se mantienen en la Unidad Nacional

“Creo que el partido debe definir si está o no está en la Unidad Nacional y si lo está cuáles son las razones. No hay duda que el Partido Liberal tiene un profundo compromiso con la paz, pero de ahí en adelante ¿qué?”, explica el representante por el Valle del Cauca Fabio Arroyave.

Ese congreso tiene otro tema que lo atraviesa, y que también explica parte de la pelea: el poder interno, pues debe definir si se mantiene una dirección colectiva o si se elige un jefe único, como han reclamado desde tiempo atrás varios congresistas como el senador Juan Manuel Galán.

Las molestias son especialmente entre algunos representantes y los senadores, especialmente Horacio Serpa, quien pinta como candidato fuerte para una jefatura única pero tiene la oposición de esos representantes.

Parte de esa pelea se debe a que los representantes tenían el botín burocrático de la Defensoría pero los senadores liderados por Serpa aceptaron que ésta quedara en manos de La U, con tal de mantener la Fiscalía.

Por eso la tensión interna se mantendrá hasta el Congreso, dentro de tres semanas. De acá a ese momento los congresistas esperan que Santos haya cambiado varios directores de entidades y superintendentes, calmando las aguas rojas hacia afuera y hacia adentro.

“Si se mantiene la molestia puede terminar en un rompimiento... Pero si se curan las heridas, hasta ahí llega” dice el presidente del Congreso, el caucano liberal Luis Fernando Velasco.

Pero la molestia hacia afuera seguramente seguirá hasta que la Corte Suprema defina quién será el Fiscal. “La elección será muy importante. Si es Yesid se calman las aguas”, dice un senador liberal

La molestia de La U, en tono menor

Los otros que están inconformes son los congresistas de La U, que al igual que los liberales sienten que Santos escoge las personas que quiere para los ministerios y luego dice que los representa.

“Estamos muy muy molestos. Los dos nuevos ministros de La U no son reconocidos por la bancada como miembros del partido. De hecho ni los conocemos”, dice un senador de ese partido. “Hay problemas por todos lados (...) Los de la U porque (María Claudia) Lacouture no nos representa”, dice otro - aunque en el grupo político del senador José David Name, también de La U, la ven como de la casa.

Además, dicen que Santos no los consultó para elegir a esos ministros. “Yo también me declaro sorprendido con ese gabinete. Debo compartirles que el Señor Presidente no se comunicó con nosotros en estos días para socializar alguna de esas decisiones“, escribió ayer el senador Barreras, presidente del partido y encargado de la relación con Palacio, en en el chat de parlamentarios de ese partido.

Pero, a diferencia de los liberales, en La U no se ha hablado de salirse de la Unidad Nacional.

Eso quedó claro en un rifirrafe en ese mismo chat entre Barreras y algunos congresistas, como José David Name, que volvieron a expresar que el presidente del partido ha aprovechado ese papel para avanzar en su agenda personal (y, por ejemplo, tener el protagonismo renovado de su papel en La Habana).

Es decir, que además de la molestia externa con Santos hay una interna, como entre los liberales.

Jamás apoyé al señor Rojas [el nuevo Ministro de Transporte] para nada. No lo conozco. Pero si crees que te sirve de algo buscar culpables entre nosotros, avanza por ese camino. Los demás creemos que hay que evaluar con cabeza fría todo el paquete. Hay dos nuevos ministerios, un vice ministerio, Coldeportes que es nuevo y falta mucho“, escribió Barreras para defenderse de quienes lo atacaban por supuestamente haber logrado pocas cosas y todas por sus intereses individuales.

Esa defensa muestra que la pelea es por burocracia. Por eso, a diferencia de lo que ocurre con los liberales, probablemente Santos sí puede resolver este problema con el reparto de los puestos que siguen en juego.

De hecho, Barreras alegó en el chat que hay que esperar las decisiones de Santos sobre superintendencias, institutos y el ministerio de la Presidencia para evaluar el paquete completo. Con eso, según dos miembros del chat, ayudó a calmar los ánimos.

Además porque, según otro congresista que habló con La Silla, en la reunión con los congresistas de La U en Cartagena, el Presidente no se comprometió con ministerios sino con otros nombres, que aún no salen porque eran para posiciones secundarias.

Además, Barreras ha dicho que no se quiere atornillar a su cargo. “Cuando acepté la tarea del Presidente informé que era necesario que eligieran un sucesor para mi. Así que no se pide una renuncia que yo mismo ya puse sobre la mesa”, le dijo a La Silla.

En todo caso, en La U hay menos preocupación por la Fiscalía de Martínez y nunca hubo la aspiración de quedarse con esa entidad.

“La verdad es que la figura de Néstor Humberto no genera temor. Al contrario, siento que hay mucha simpatía hacia él independientemente de su cercanía hacia Vargas Lleras”, explicó un senador de La U.

Por eso, en las próximas semanas puede bajar la zambra con La U, pero es más difícil que se calme la de los liberales.

El problema para Santos es que La U ha mostrado que cuando quiere puestos se le rebela en el Congreso, como ocurrió el año pasado en dos ocasiones, mientras que los liberales votan más en bloque.

Y si ese bloque de votos se embolata porque en ese partido existe la sensación de que con el Presidente lo que funciona es el chantaje (al que creen que Vargas lo tiene sometido con la amenaza de irse con Uribe), con otros dos partidos que de entrada no suelen votar de manera homogénea en los temas más gruesos, dejaría a iniciativas como la reforma tributaria sin chances en el Congreso.

Un panorama poco halagüeño para un Presidente con baja popularidad y que creó un gabinete con el argumento de ampliar el consenso que se necesita para la paz.

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