El gobierno ya suma un decreto, un proyecto de ley y una nueva mesa de su ‘Conversación’ para bajarle la caña al 21E.
Los jóvenes del paro se dividen frente a conversación de Duque
Mientras el Comité del Paro convocó a algunas marchas, plantones y cacerolazos para hoy para volver a mover el Paro, en la última semana el presidente Iván Duque ha anunciado un decreto para garantizar plazas de empleos públicos para los recién graduados y una reforma al Icetex, e inició la ‘Conversación Nacional’ con los jóvenes, uno de los principales motores de las marchas de fines del año pasado.
Las tres cosas pegan directamente en reclamos sobre empleo y educación para ellos, y hacen parte de la estrategia del Gobierno para quitarle fuerza a las movilizaciones, que preocupan en Palacio. Por ahora, los líderes jóvenes de la movilización están divididos frente a esta conversación.
Acelerar para mandar mensaje
Tras un mes de marchas y movilizaciones, en diciembre el Gobierno se dio cuenta que “el tema de la juventud está muy en el fondo de lo que está pasando en Colombia”, según nos dijo Diego Molano, coordinador de la ‘Conversación’, para explicarnos el por qué de los anuncios.
“En lugares como Cali y Medellín fue súper evidente que había problemas con los jóvenes. La mayoría de las propuestas virtuales (11 mil) eran de angustias de los jóvenes, como el empleo o el Icetex”, nos dijo. “Entonces dijimos: aquí podemos concentrar los esfuerzos porque ahí están los que tienen más insatisfacciones y problemas. Inclusive las preocupaciones de otros ciudadanos tienen que ver con juventud”.
Por eso, como contamos en diciembre, decidió abrir como nueva línea temática de la ‘Conversación Nacional’ a la juventud (se sumó a otras como ambiente o economía).
También decidió acelerar la expedición del decreto que ordena que las entidades públicas dediquen el 10 por ciento de las nuevas plazas laborales para recién graduados sin experiencia -lo lanzó el 10 de enero-, y anunciar, días antes, que en marzo radicará una ley para reformar el Icetex, una de las entidades más criticadas por los jóvenes por los intereses que cobra a los créditos para estudiar.
De las tres movidas, el eje es la ‘Conversación’, que arrancó pese a que los jóvenes que están en el Paro declinaron la invitación.
“A varios compañeros nos invitaron, analizamos que esa conversación busca es legitimar la política del Gobierno y usar a los jóvenes y que Duque diga que conversa. No queríamos ser instrumento para eso”, nos dijo Julián Báez, representante de los estudiantes de la Universidad Distrital y de la Unees (Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior) en el Comité del Paro hasta 2019.
Él y los otros estudiantes sentados en el Comité, que pertenecen a las organizaciones Unees y Acrees, ya se habían negado a reunirse con Duque en noviembre.
En contraste, a la primera reunión de la mesa de juventud en la Conversación, el pasado 10 de enero, llegaron miembros de Fenares, organización que agrupa a los representantes estudiantiles de universidades regionales, que tienen distancias con Unees y Acrees (Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles, también en el paro) pero también han marchado.
Eso es otra muestra de la estrategia del Gobierno de dividir a los grupos que se le oponen, como hizo con el paro estudiantil de 2018, cuando firmó un acuerdo con rectores de universidades para tratar de quitarle fuerza a las marchas, o en la Minga de 2019.
Y en este caso puede ganar espacios en sectores que no hacen parte del Comité del Paro.
Una ‘conversación’ diferente, pero con toques de yo con yo
Hablamos con 14 de los asistentes a la primera ‘Conversación’ de la semana pasada y que estarán en las siguientes tres sesiones; tres de ellos nos contaron que llegaron invitados de los ministerios de Interior y Educación, y otros dos consiguieron cupos por amigos que tenían del Gobierno. Otros nueve explicaron que los llamó Colombia Joven o la Vicepresidencia.
Asistieron más de 150 personas y la convocatoria fue múltiple.
”El tema de la juventud está en el fondo de lo que pasa”
Colombia Joven abrió cupos para las direcciones de juventudes de los partidos (fueron los de centro y derecha: Liberal, Cambio Radical, Mira, Conservador, Centro Democrático y Colombia Justa Libres y un concejal verde), además de representantes de regiones, Lgtbi, universidades, colegios, grupos de voluntarios de Bogotá y plataformas y organizaciones para que fueran.
Algunos habían asistido una semana antes a la presentación del decreto de empleo. “Ese día estaban muy libreteados”, nos dijo una asistente, quien contó que la ‘Conversación’ días después no la notó acartonada.
Si bien 12 de los 14 jóvenes que asistieron nos dijeron que participaron de cacerolazos y salieron a marchar el 21N (solo dos, que son uribistas, nos dijeron que no lo hicieron) ninguno continuó en la calle por razones que van desde el cansancio hasta el rechazo a las 104 peticiones que hizo el Comité en diciembre.
Eso muestra que en la ‘Conversación’ participan jóvenes que aunque no son cercanos al Gobierno, no encontramos ninguno que refleje a los marchantes más duros.
”No asistimos para no legitimar”
“Uno en las calles ve gente que ni estudia ni trabaja, universitarios y eso. Pero en la mesa uno vio ciertas élites que siempre están ahí”, nos dijo Daniel Sandoval, otro asistente.
De hecho, Unees y Acrees ven en esta mesa una estrategia para desviar la atención (y otros cinco consultados que no hacen parte de estos grupos).
“No dudo que esto es una respuesta del Gobierno al factor de los jóvenes. Dicen que estamos ahí, pero no estamos”, nos dijo José Pedraza, de Acrees.
El Gobierno fue cuidadoso también en cambiar la metodología con esta mesa. A diferencia de las demás de la Conversación Nacional, para la de juventud Vicepresidencia contactó moderadores y facilitadores para tener charlas de tú a tú en 14 mesas con ministros (fueron 10), directores de entidades, o consejeros de Duque.
”No sentimos que nos dejaran en visto”
“Antes (2019) esas mesas eran un consejo comunitario”, nos dijo Maria Paula Macías de la organización Lidera el Cambio, que había asistido a la de medio ambiente y subraya la diferencia.
Eso gustó: “había representantes duros del Gobierno, no mandaron delegados de segundo nivel. Eso legitima la mesa y no nos sentimos como que nos dejaron en visto”, nos dijo Lina Amaya, de Fenares.
En la charla salieron tres temas recurrentes: empleo, educación y participación. La idea para las sesiones siguientes es estudiar propuestas para ellas, y así en marzo el Gobierno podrá definir cuáles convierte en proyectos de ley y cuáles incluye en el Conpes de juventud que prometió la consejera de ese tema Raiza DeLuque.
Según Cristian Romero, de la mesa de partidos y militante liberal, las exigencias del Paro no estaban ahí. Por ejemplo, él pidió que revivieran las elecciones de consejos de juventud, algo que Colombia Joven prometió mover, “pero eso no tiene nada que ver con las movilizaciones”, nos dijo.
Eso deja al Gobierno con el reto de mostrar resultados que desincentiven a los jóvenes de marchar cuando el tiempo juega en contra.
El 21E es solo la primera prueba
Tener metas medibles para mostrar en marzo, cuando Duque ha dicho que terminará la Conversación, podría ayudarle a bajar la sensación de que está desconectado con las exigencias de la gente, algo que ha alimentado las marchas.
El mismo Molano acepta la dificultad de mostrar resultados en mes y medio. Por ejemplo, la más inmediata, como el decreto del empleo juvenil, es una meta “a mediano plazo”, nos dijo.
Por eso, en los últimos días Duque ha pedido a sus ministros, en privado, que aceleren sus manuales internos para ajustarse a esa nueva norma, contratar personal y comenzar a mostrar resultados.
Encima, para algunos jóvenes queda la duda de si esos contratos quedarán convertidos en corbatas, fichas de políticos.
“Hay que cambiar manuales, hay que abrir plazas y evitar que entre gente del mismo Gobierno”, nos dijo Sandoval.
Incluso en la militancia uribista ven el decreto solo como un inicio: “el 10 por ciento es bajito, hay que ampliarlo a los privados”, nos dijo Laura Medina, excandidata al Concejo.
Mientras esos resultados pintan distantes, si es que llegan, temas de coyuntura pueden avivar la llama de las marchas entre los jóvenes, desde el escándalo de chuzadas del Ejército, hasta la salida de Uber del país (hay conductores planeando sumarse a las protestas de hoy), más hechos virales como que Presidencia haya hecho énfasis en que Duque dio dulces a niños en Bojayá.
Por eso, hoy será una prueba del liderazgo del Comité del paro, que se verá si mantiene la capacidad de convocatoria que en diciembre estaba disminuyendo.
Aunque vienen más pruebas pues la próxima semana, entre el jueves 30 y el viernes 31, habrá otra manifestación de unos 1.400 delegados nacionales de las organizaciones que conforman el Comité, que llegarán a Bogotá.
Nota del editor: a las 8:20AM cambiamos el título de la historia para que reflejara más la tesis de la misma.