Varios políticos locales terminaron con su poder mermado o reafirmaron su capacidad de convocatoria en la campaña fugaz del plebiscito.
Los que subieron y bajaron con el plebiscito en los santanderes
Además de la refrendación de los acuerdos de La Habana, el plebiscito también sirvió para que varios políticos locales se hicieran más visibles en su respectivas regiones y sentaran las bases de sus plataformas electorales para 2018 y 2019.
Así como a muchos la jugada les funcionó, a otros los rezagó y los dejó con menos terreno abonado del que tenían desde que se cumplieron las legislativas de 2014 y las locales de 2015.
La Silla habló con 12 fuentes de los dos santanderes y escogió a las organizaciones y políticos que ganaron y perdieron terreno con su figuración en la campaña del plebiscito.
Los que suben en Santander
Mientras que en Santander los más poderosos cedieron terreno, las nuevas caras de la política local tomaron protagonismo en la región con la campaña del plebiscito.
Aunque la diputada de La U Ángela Hernández, empezó a figurar desde inicios de agosto en todo el país y con especial aceptación entre comunidades cristianas y el sector más conservador del catolicismo por su controvertido discurso contra la inclusión de los derechos de la comunidad Lgbti en el las leyes del país, la campaña del plebiscito terminó de disparar su popularidad.
Con el argumento de que la supuesta 'ideología de género' -concepto que dice que no se nace hombre o mujer sino que se llega a serlo con el tiempo- estaba incluida en los acuerdos de La Habana, algo que como contó La Silla no es cierto, logró movilizar miles de votos hacia el No en todo el país.
La credibilidad que tienen ella, y el recién creado Movimiento por la Defensa de la Familia, que fue el mismo que se originó el 10 de agosto por la controversia con el Ministerio de Educación por las cartillas escolares, ha dado para que en la última semana se convirtiera en la principal postulada de comunidades cristianas en 22 ciudades del país para sentarse en la mesa de renegociación de los acuerdos de La Habana.
Aunque no hay una cifra concreta de cuánto le sumó al No en Santander, un vocero de Centro Democrático en la región le dijo a La Silla que “Ángela y ellos (los cristianos) nos arreglaron la votación acá porque íbamos en picada”.
Su nueva figuración ha dado para que en varios sectores políticos la estén pensando como candidata al Congreso en 2019.
Como ya lo contó La Silla, Claudia López Rodríguez, tía del gobernador de Santander, Didier Tavera, y esposa del Presidente de la Cámara, Miguel Ángel Pinto, es una de las fichas políticas nuevas de la familia Tavera en Santander.
Solo en el último año pasó de ser casi que una desconocida en el Partido Liberal que se movía con líderes en las campañas de sus familiares, a ser la presidenta del directorio liberal en Bucaramanga y a convertirse en la mandamás de los rojos en Santander.
Si bien el Sí perdió en Bucaramanga y ella era la encargada de movilizar a la gente del Partido Liberal en esa ciudad, la campaña le dio para volverse una de las figuras más visibles de los rojos en Santander.
Como lo ha contado La Silla su popularidad ha crecido tanto que ahora se está perfilando como una de las candidatas a la Alcaldía de Bucaramanga en 2019 y la campaña del plebiscito le sirvió para encontrarse con todos los líderes rojos de la ciudad y empezar a labrar el camino.
Además de que ganó con el No y de que fue uno de los invitados a la reunión que Santos citó para hablar con el bloque que iba en contra de los acuerdos en La Habana entre el Gobierno y las Farc, algo que le dio visibilidad, al exprocurador Alejandro Ordóñez le dio un baño de popularidad con las bases conservadoras del país haberse pegado al discurso de la supuesta 'ideología de género' en ese documento.
Como lo ha contado La Silla, desde que estaba en la Procuraduría, Ordóñez ha venido preparando el terreno para muy probablemente ser candidato presidencial en 2018 y para eso, por lo menos en Santander, ya se ha reunido con ganaderos y palmicultores, así que haberse sumado al lado ganador del plebiscito y haberse visibilizado después de que el Consejo de Estado lo sacó de la Procuraduría por irregularidades en su reelección, fue un acierto para él.
Aunque todos los uribistas de Santander con la victoria del No se anotaron varios puntos en la balanza preelectoral entre esos el Represante Marcos Díaz, quien se paseó por más 30 municipios-, el sacerdote Mario Cárdenas, quien llegó a la Asamblea con el aval del Centro Democrático, fue uno de los que más se visibilizó en la campaña del plebiscito.
Tanto en la provincia García Rovira, donde tiene su fortín político, como en el Área Metropolitana le hizo campaña fuerte al No, y además de los peros del uribismo se montó al bus de la 'ideología de género', algo que empezó a hacer desde que su par Ángela Hernández habló del tema por primera vez en la Asamblea.
Tanto fue así, que junto a ella terminó siendo en lo regional otra de las cabezas visibles en el movimiento en contra de la 'ideología de género' en Santander.
Camilo Torres, el excandidato a Asamblea de Santander del Polo de Barranca, que estuvo a 700 votos de quitarle la curul en esa corporación a Roberto Schmalbach, el único diputado de izquierda en Santander, fue uno de los que más se fogueó por el Sí en provincia.
Torres Prada fue la cara visible de la izquierda por el Sí en Barrancabermeja, la única ciudad grande de Santander donde ganó, aunque por una diferencia estrecha, esa opción.
Como uno de los líderes del Comité por el Sí que reunía 27 organizaciones y fuerzas políticas barranqueñas, a Torres Prada le sirvió el plebiscito para mantenerse vigente y como preámbulo para su campaña en 2019, año en el que anunció que volverá a aspirar a la Asamblea.
Los que bajan en Santader
El presidente de la Cámara, Miguel Ángel Pinto, fue el congresista santandereano que más figuró en la campaña por el Sí; sin embargo, salió derrotado.
Ese resultado, le pesa mucho porque además de tener el segundo cargo más importante del Congreso, de tener a su esposa en el directorio liberal de Bucaramanga y ser tío político del gobernador de Santander, Didier Tavera, su fuerza no fue representativa para esta campaña.
Además de quedar mal parado en Presidencia, quedó en entredicho su capacidad para aglutinar a los liberales de Santander, que como contó La Silla, están divididos.
El Gobernador de Santander le jugó al Sí, y como lo contó la Silla, puso a ser campaña a todos sus funcionarios y contratistas, incluidos a los del Centro Democrático; sin embargo, se quedó cortó y nuevamente quedó en evidencia que no aglutina a todo Santander.
Si bien a 'Los Amigos del Sí', campaña con la que movió el plebiscito, terminaron sumándose otros partidos como el Polo, Alianza Verde y el Mira, eso no le alcanzó a Tavera para salir victorioso y uno de los factores que pesó en la victoria del No en Santander, como contó La Silla, fue que le dio demasiado protagonismo a Miguel Ángel Pinto, su tío político, y dejó de lado al resto de la bancada.
La derrota del Sí en la región además lo deja mal parado con Santos en momentos en los que lo necesita para apalancar proyectos y recursos para Santander. Además, sale debilitado en su propio partido, que era uno de los principales defensores de los acuerdos en el país.
Aunque desde que fue gobernador de Santander en 2004, Hugo Aguilar ha sido cercano al expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, con quien, como públicamente lo han dicho ambos, tiene una amistad y se han dado la mano en las últimas tres elecciones, desde junio Aguilar empezó a alzar la bandera de Paz de Santos y se acercó al Partido de La U con miras a reunificar la fuerza política de su familia.
Como contó La Silla, Hugo Aguilar estuvo haciéndole fuerza al plebiscito en redes sociales y a finales de agosto publicó una foto promoviendo el Sí al lado no solo de su hijos el senador Mauricio Aguilar y el exgobernador de Santander, Richard Aguilar, sino de los directivos de La U en Bucaramanga y de Miguel Peñaloza, quien fue el encargado de coordinar toda la logística electoral del 2 de octubre por el Sí.
La victoria del No en Santander, nuevamente deja del lado perdedor a la familia Aguilar, que tras haber perdido con sus principales apuestas en las locales de 2015, ha estado sin figuración política y se ha quedado rezagada. Eso le resta a las movidas que quiere hacer para las legislativas de 2018 y las regionales de 2019.
En las regionales de octubre pasado, Leonidas Gómez, quien hizo campaña sin tinte político y fue candidato por firmas, sorprendió en las urnas al sacar más de 200 mil votos y quedarse con el segundo lugar en la carrera por la Gobernación de Santander, detrás del hoy gobernador Didier Tavera y arriba de las fichas de la familia Aguilar, Carlos Fernando Sánchez y Holger Díaz.
Después de las elecciones empezó a consolidar su movimiento Dignidad Santandereana y a mediados de este año abrió una sede donde hace reuniones con su grupo de trabajo y simpatizantes y donde cada vez se ven más acercamientos a banderas de izquierda como contó La Silla.
Si bien Leonidas Gómez estaba jugado por el Sí y así lo mostró tanto en sus redes sociales como en la columna dominical que tiene en Vanguardia Liberal, como contó La Silla, la fuerza con la que hizo campaña la diluyó con críticas a Santos, algo que le quitó contudencia a su discurso y no cautivó el capital electoral que logró en octubre de 2015.
De cara a las elecciones de 2019, donde según ha dicho, volverá a buscar la Gobernación, el poco poder de convocatoria que mostró para el plebiscito le resta y pone en duda si podrá mantener esos 200 mil votos que sacó el año pasado.
A pesar de su derrota en las elecciones locales del año pasado donde quedó de tercer lugar en la carrera por la Alcaldía de Bucaramanga, el exconcejal Jhan Carlos Alvernia demostró que tenía capital electoral (sacó 54 mil votos) y se convirtió en una de las caras más visibles de La U en el departamento.
Fiel a su partido, alzó la bandera de Paz de Santos y aunque no se movió de la misma forma que lo hizo en campaña Alcaldía, en las dos semanas previas al plebiscito se mostró. Estuvo una reunión con los líderes de su partido, a la que también asistió el senador Manuel Guillermo Mora (quien es su aliado político) y promovió videos suyos hablando de paz e invitando a votar por el Sí.
Sin embargo, muy poco de eso le funcionó y el Sí terminó derrotado en Bucaramanga. Eso lo desinfló no solo porque La U como partido oficial estaba llamada a responder por el plebiscito, sino porque en 2018 le estaban proponiendo ser candidato al Congreso.
Los que suben en Norte de Santander
En Norte los uribistas empezaron a figurar con nombre propio al igual que los líderes del Catatumbo, mientras que los tradicionales electores del departamento quedaron rezagados.
Una de las grandes revelaciones de las elecciones regionales del año pasado en Norte de Santander fue Judith Maldonado, quien estrenándose en la arena política obtuvo 70 mil votos en su aspiración por la Gobernación de ese departamento, y ganó en tres de los once municipios del Catatumbo.
Desde que terminó su campaña a la Gobernación, a través de su Corporación Construyendo Poder, Democracia y Paz emprendió correría por Norte de Santander (sobre todo en el Catatumbo) haciendo pedagogía de los Acuerdos de La Habana. En el mes de campaña lideró uno de los comités del Sí.
Si bien el No ganó en el departamento, el triunfo del Sí en siete municipios del Catatumbo le suma como una de las cabezas más visibles de la izquierda en esa región. Con el impulso que le dejó la campaña del plebiscito, el pasado viernes empezó a promover una tutelatón por la paz y espera llegar a las 1000 tutelas en el departamento exigiendo el derecho a la paz.
Desde 2013 cuando la Asociación de Campesinos del Catatumbo Ascamcat paralizó esa región durante 53 días con el paro agrario que Santos negó que existía, esa organización ha tomado un papel protagónico en la política del departamento.
El año pasado, entre Teorama, San Calixto, Hacarí, El Tarra y Tibú lograron elegir 18 concejales y pusieron alcalde en San Calixto.
Por ser una organización afín a las banderas políticas de las Farc, Ascamcat siempre ha respaldado las negociaciones de La Habana y desde principios de este año empezó a sentirse con más fuerza, pues arrancaron a socializar lo que se iba negociando. En la campaña del plebiscito fueron decisivos en esa subregión de Norte de Santander, y el día de la votación junto a otras fuerzas de izquierda movieron transporte y agua para los votantes.
Con el triunfo del Sí en el Catatumbo con más de 20 mil votos Ascamcat reafirma su influencia en esa zona.
Además de algunos cargos en el despacho de alcaldes anteriores de Cúcuta, Milla Romero Romero no es un referente político en Norte de Santander; sin embargo, ha sido del Centro Democrático desde sus inicios. En 2014 aspiró al Senado por ese partido y el año pasado fue la candidata uribista a la Gobernación de Norte de Santander.
En la carrera por la Gobernación quedó de tercera con poco más de 78 mil votos y se mantuvo como la ficha del uribismo en ese departamento. Fue ella quien lideró la campaña por el No en Norte de Santander, que si bien tuvo como evento principal una caravana de carros e hizo algunas reuniones reducidas con líderes de diferentes municipios, arrasó con el 63 por ciento de los votos.
El triunfo del No en Norte de Santander le suma varios puntos a Romero, pues le permitió entrar nuevamente al sonajero político y, según le dijeron a La Silla dos fuentes que conocen la movida política de la región, le asegura un renglón en la lista al Senado del Centro Democrático de 2018.
Sin trayectoria política Juan Carlos Capacho logró la única curul del Centro Democrático en el Concejo de Cúcuta con apenas 2.100 votos. Fiel a su partido, no solo le hace oposición al gobierno local, que está con Santos, sino que ha movido a los congresistas de su partido en la capital de Norte de Santander para hacer debates como el de la crisis de la frontera y de esa forma, le ha abierto puertas al uribismo en la capital nortesantandereana.
Al concejal, que no cuenta con un caudal electoral importante, el hecho de que haya ganado el No en Cúcuta enfrentándose a la maquinaria de Ramiro Suárez, le ayuda a subir su visibilidad política, como la única cara con curul que promueve las banderas uribistas en la capital nortesantandereana.
Los que bajan en Norte de Santader
A pesar de estar recluido en la cárcel La Picota pagando una pena de 27 años por su responsabilidad en el asesinato de un abogado, el exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez sigue moviéndose en la política y manda en Cúcuta a través del alcalde César Rojas, como ha contado La Silla. La campaña por el plebiscito no fue la excepción y la maquinaria de Suárez se movió a toda marcha por el Sí en la capital nortesantandereana, tal cual las elecciones regionales de 2015.
Con dos manifestaciones multitudinarias, reuniones en los barrios, coordinadores de campaña comandando grupos de líderes en las comunas, conciertos y transporte y almuerzos el día electoral, Suárez Corzo, a través de un grupo de simpatizantes suyos que se autodenominan el ‘Movimiento RS’, pusieron la ciudad en el mismo frenesí electoral que el año pasado.
Sin embargo, en Cúcuta el Sí solo llegó a los 83.572 votos, de los más de 150 mil que según el ‘Movimiento RS’ iba a movilizar Suárez Corzo, lo que dejó al condenado exalcalde con su fuerza política debilitada.
Sumado a eso, como ya contó La Silla, a él le convenía que el Sí ganara en la ciudad pues tiene a su esposa como secretaria de Posconflicto, cartera que se iba a ver beneficiada con inversión si se aprobaba el plebiscito, y por ahora eso quedo en veremos.
El gobernador de Norte de Santander fue el segundo político que más se movió en la región a favor del Sí.
Aunque no organizó marchas ni eventos multitudinarios a su nombre, ni movió toda su maquinaria, sí hizo correría por el departamento promoviendo el voto a favor de los Acuerdos y estuvo presente, junto a algunos congresistas de la región, en la primera manifestación que organizó el Movimiento de Ramiro Suárez en la capital nortesantandereana.
En Norte el No ganó con 280 mil votos, doblando al Sí, algo que lo deja muy mal parado frente a la Presidencia y más en momentos en los que estaba buscando jalonar inversión para su departamento.
Siendo Norte de Santander la tierra del Ministro del Interior, se esperaba que como una de las caras más visibles del Gobierno el Sí ganaría en esta región; sin embargo, el No arrasó en las urnas.
El resultado no solo puso en tela de juicio la capacidad política en el departamento, sino su contunidad en el gabinete de Santos.
Aunque los resultados de plebiscito dejaron la sensación que la maquinaria de los congresistas no se movió, el senador de La U Manuel Guillermo Mora, fue el más visible en la correría del plebiscito.
Mora acompañó al gobernador William Villamizar en su correría fugaz, e incluso hizo presencia en eventos del Sí en otras regiones (en Arauca junto al gobernador Ricardo Alvarado y en Bucaramanga junto a Jhan Carlos Alvernia, de quien es aliado político y amigo personal).
Sin embargo, ni en su departamento ni en las otras dos regiones ganó el Sí. Su capacidad de mover gente quedó en veremos, y su estabilidad política para 2018 quedó comprometida, sobretodo si se tiene en cuenta que el exgobernador Edgar Díaz Contreras y el representante de La U Wilmer Carrillo, quieren pelearse su curul.
Nota de la editora: Este artículo fue modificado el 11 de octubre a las 5:01 de la tarde. Precisamos información sobre la figuración de Jhan Carlos Alvernia, presidente del directorio de Bucaramanga de La U. Aunque inicialmente habíamos dicho que él convocó una reunión con sus líderes para promover el Sí, el encuentro realmente fue llamado por el Concejal de ese partido Cleomedes Bello.