Rafael Pardo, el exconsejero para el posconflicto y ex Ministro de Trabajo durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos, es un político y ex congresista liberal que lleva tres décadas en el sector público.
Pardo nació en Bogotá en 1953, y se graduó como economista en la Universidad de los Andes en 1977. Realizó una especialización en Planeación Urbana y Regional en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya en 1978 y una maestría en Relaciones Internacionales en Harvard en 1994. Está divorciado la ex ministra de Comunicaciones, Claudia de Francisco. Hoy es pareja de la periodista Diana Calderón.
Antes de comenzar su carrera política, Pardo trabajó en la academia. Desde 1978 hasta 1982 laboró como profesor e investigador en el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (CIDER), de la Universidad de Los Andes, donde también hacía investigación Fernando Cepeda Ulloa. En 1982 Pardo se convirtió en director de este centro, de donde salió a la política.
De la mano de Cepeda, quien era muy cercano al presidente Virgilio Barco y fue su primer Ministro de Gobierno, Pardo pasó al sector público. En 1986 Barco lo nombró director del Plan Nacional de Rehabilitación, un ambicioso proyecto apra llevar el Estado a zonas históricamente olvidadas, como respuesta a la tesis de que la violencia en Colombia se debía al olvido estatal y la falta de oportunidades. Con el PNR Pardo recorrió el país y conoció la realidad de las regiones, que ya había estudiado en el CIDER.
En 1987 Pardo pasó a un cargo más político pues Barco lo nombró Consejero Presidencial para la Paz después de la renuncia de Carlos Ossa Escobar, con quien Pardo había trabajado en llave. Durante dos años, y gracias en parte a su experiencia en hablar con campesinos y entender los problemas de comunidades alejadas en el PNR, Pardo logró impulsar las desmovilizaciones de varios grupos guerrilleros, entre los cuales estaba el M-19.
Después del gobierno de Barco, Pardo se mantuvo en la Presidencia. Cuando César Gaviria ganó las elecciones en 1990, nombró a Pardo Consejero Presidencial para la Defensa y la Seguridad, un cargo nuevo y que buscaba mejorar las relaciones entre la Presidencia y el Ministerio de Defensa, que llevaba décadas en manos de los militares. Y en 1991, en una movida que en ese momento se vio como un gran avance, muy a tono con la Constituyente, Gaviria nombró a Pardo Ministro de Defensa. Era el primer civil en ocupar ese cargo en casi cuarenta años.
Como Ministro, Pardo es recordado por el ataque que dieron las Fuerzas Militares a Casa Verde, el cuartel general de las Farc, por haber dirigido la lucha contra Pablo Escobar, por su participación en el proceso de depuración y modernización de la Policía Nacional. Pero, sobre todo, el gran logro de Pardo fue lograr que los militares no solo aceptaran el liderazgo civil en la política de seguridad, sino que incluso se sintieran cómodos con ese cambio.
Cuando Gaviria terminó su período presidencial y fue elegido Secretario General de la OEA en 1994, Pardo se fue a estudiar Relaciones Internacionales en la prestigiosa Universidad de Harvard. Y, al terminar sus estudios en 1996, se convirtió en asesor de Gaviria en Washington.
En 1998 volvió a Colombia. Tras el escándalo del proceso 8.000 durante la presidencia del liberal Ernesto Samper, Pardo fue uno de los liberales que se sumó a la Gran Alianza por el Cambio, el movimiento de la campaña presidencial del conservador Andrés Pastrana para las elecciones de 1998. Además, tuvo una importante participación en la decisión del precandidato liberal disidente Alfonso Valdivieso de unirse a la campaña de Pastrana.
Después de la victoria de Pastrana, Pardo cambió de sector y pasó a trabajar en varios medios. Primero fue director del noticiero RCN y luego de CM&. A finales de 2001 renunció a esta dirección y dejó los medios para regresar a la política y probar suerte en sus primeras elecciones, con el aval del movimiento Cambio Radical, del que pardo se convirtió en cabeza más visible. Lo hizo en llave con un joven ingeniero industrial, Carlos Londoño, y con propuestas que iban desde que la Policía hiciera presencia en todos los municipios del país (no tenía presencia en 179 de ellos), hasta un seguro de desempleo y una reforma política.
Estas propuestas eran muy similares a las de Álvaro Uribe, el candidato liberal disidente a la presidencia que se estaba poniendo de moda, y en febrero de 2002 Pardo anunció públicamente su adhesión a la campaña de Uribe, especialmente por el referendo que éste proponía y que se acercaba a la propuesta de reforma política de Pardo.
Pardo llegó al Senado y se convirtió en una de las sopresas de las elecciones, en gran medida gracias a su fuerte votación en Bogotá. Después de eso hizo campaña cerca de Uribe, con quien se identificó en esos primeros años; incluso, en 2003 abandonó Cambio Radical (que quedó en manos de Germán Vargas Lleras) y, con otros políticos y especialmente Óscar Iván Zuluaga, fundó el "Nuevo Partido" , de clara afiliación uribista.
En esos primeros años como Senador, Pardo fue uno de los congresistas claves en proyectos importantes del gobierno, como el referendo, la Ley de Seguridad o la Ley de Justicia y Paz. Pero fue precisamente en el marco de la discusión de este último proyecto, que buscaba abrir la puerta a una desmovilización de los paramilitares, que Pardo se empezó a distanciar de Uribe, y terminó rompiendo con él.
Los primeros desacuerdos empezaron en el 2003, cuando se presentó un proyecto que le daba al presidente la potestad de suspender la pena de cualquier delito si el condenado entraba a un proceso de paz. La distancia fue creciendo a medida que se avanzaba en la discusión de las normas que permitirían la negociación con los jefes paras, y estalló en febrero de 2005 cuando Pardo, junto con la también uribista Gina Parody, no apoyó la propuesta de Ley de Verdad, Justicia y Reparación que salió del gobierno y presentó un proyecto alternativo que también firmaban Parody, Wilson Borja y Luis Fernando Velasco.
Mientras en el Congreso Pardo se movía como líder de un grupo de uribistas que querían evitar que los paramilitares terminaran libres y sin cumplir penas, César Gaviria regresó al país y criticó a Uribe. A pesar de que ese regreso molestó a algunos miembros del Parido Liberal, como Piedad Córdoba, algunos antiguos gaviristas vieron que el partido podía dejar de estar en manos del samperismo. Eso le abrió la puerta a Pardo para regresar al liberalismo. En mayo Pardo anunció que iría a la Convención Liberal, lo que era su despedida del liberalismo, una movida diametralmente opuesta a la de Juan Manuel Santos, que en ese momento estaba empezando a trabajar en formar lo que hoy en día es el Partido de La U.
Pardo, además, decidió lanzarse a la presidencia por el liberalismo. Desde mediados de 2005 y hasta marzo de 2006 hizo campaña, y terminó en el segundo puesto de la consulta liberal que se hizo el mismo día de las elecciones legislativas. En esa campaña el episodio más sonado fue cuando Santos afirmó que la Casa de Nariño había recibido información de que Pardo le había ofrecido a las Farc despejar dos municipios del Valle del Cauca y unir fuerzas. Eso terminó convirtiendo a Pardo en un tenaz opositor a Uribe. Finalmente Pardo obtuvo más de 525 mil votos en la consulta, más que los 500 mil de Rodrigo Rivera pero la mitad de los de Serpa.
En los años siguientes Pardo tuvo una columna en El Tiempo pero en 2008, cuando decidió lanzarse de nuevo a la presidencia, renunció a su columna y se dedicó a preparar esa aspiración. En septiembre de 2009 se enfrentó a una nueva consulta interna del liberalismo, en la que, con poco menos de 400 mil votos, resultó elegido candidato presidencial. En diciembre de ese año fue elegido director único de su partido, y desde ese doble rol se encargó de la movilización electoral para las elecciones presidenciales y legislativas.
Quedó eliminado en primera vuelta, en la que tuvo un resultado muy malo: menos de 640 mil votos, un 4,4 por ciento de la votación total y un sexto puesto, el peor del Partido Liberal en cualquier elección en la que hubiera participado. Para la segunda vuelta apoyó la campaña de Juan Manuel Santos .
Hoy hace parte de la Unidad Nacional, la coalición de gobierno de Santos. Como requisito para entrar a la coalición, Pardo le pidió a Santos apoyar la Ley de Víctimas y la Ley del Primer Empleo; después de que Santos las acogió, Pardo usó el eslógan "Ideas que gobiernan" como propaganda del Partido Liberal.
Por ese acuerdo entre el liberalismo y Santos, éste lo nombró lo nombró Ministro de Trabajo en octubre de 2011, y le encargó la política de empleo. Pardo estuvo en ese cargo hasta inicios de 2014, cuando renunció para apoyar la reelección de Juan Manuel Santos.
En 2015 se lanzó como candidato liberal a la Alcaldía de Bogotá, también con el apoyo de La U. Después de la retirada del candidato verde Carlos Vicente de Roux, este respaldó la aspiración de Pardo junto a la senadora Claudia López, la representante Angélica Lozano, entre otros.
Su candidatura se carcterizó por girar en torno a la conciliación de las divergencias en vez del debate entre continuar o romper con los gobiernos de izquierda en la ciudad. Sin embargo, este enfoque, el respaldo verde y el haber estado durante la mayor parte de la contienda como uno de los favoritos, no fueron suficientes para ganar la carrera y quedó en el segundo lugar detrás de Enrique Peñalosa.
En noviembre de 2015, Santos anunció que Pardo volvería al gobierno como ministro consejero para el posconflicto, un cargo que tiene bajo su ala la planeación del aterrizaje de los acuerdos de La Habana y que estaba vacante desde la renuncia en junio del general Óscar Naranjo.
Ver su perfil completo.