Durante toda la semana pasada, La U y Angelino Garzón se la pasaron como ex novios resentidos. La U diciendo que si el ex vicepresidente quiere aspirar a la Alcaldía de Bogotá o Cali tendría que inscribirse en el partido y Garzón insinuando que se lo tendrían que pedir. En realidad, la decisión final dependerá en gran medida de dos personas con quien en el pasado Garzón ha tenido una tensa relación: el presidente Juan Manuel Santos y el senador -y coterráneo suyo- Roy Barreras.
Angelino, ¿sin el pan y sin el vino?
Angelino Garzón está en la paradójica situación de ser uno de los favoritos para las Alcaldías de Cali y Bogotá, pero tener que lanzarse con el partido al que renunció hace dos meses y que por ahora no parece dispuesto a aceptarlo pese a que no tiene cartas sólidas en ninguna de esas ciudades. |
Durante toda la semana pasada, La U y Angelino Garzón se la pasaron como ex novios resentidos. La U diciendo que si el ex vicepresidente quiere aspirar a la Alcaldía de Bogotá o Cali tendría que inscribirse en el partido y Garzón insinuando que se lo tendrían que pedir. En realidad, la decisión final dependerá en gran medida de dos personas con quien en el pasado Garzón ha tenido una tensa relación: el presidente Juan Manuel Santos y el senador -y coterráneo suyo- Roy Barreras.
El tema Angelino no se tocó oficialmente en el retiro espiritual de congresistas de La U el viernes en Santa Marta, aunque su presidente saliente Sergio Díaz-Granados hizo énfasis en que el ex vicepresidente no tiene carnet del partido desde que renunció a éste en agosto.
Sin embargo, informalmente algunos ahí creen que él sería una carta ganadora en Cali y ven más difícil su papel en Bogotá, donde con apoyo del santismo quieren jugar el ex ministro liberal Rafael Pardo y hasta Clara López, quien respaldó la reelección.
El atractivo que tiene Garzón es que le va muy bien en los tempranos sondeos. En Cali triplica a los otros precandidatos y en la capital aparece de segundo en intención de voto con 14 por ciento, según la última encuesta Polimétrica de Cifras & Conceptos. Eso lo pondría diez puntos porcentuales detrás de López y seis adelante de Pardo. Sobre el papel, parecería un buen negocio para La U.
“En Bogotá no tenemos candidato, pero ahí está Clara (López), quien seguramente esperará el respaldo del santismo al que ella apoyó en la reelección. Acuérdese que Angelino no apoyó la reelección de Santos”, le dijo a La Silla un senador de La U.
Ahí empiezan los problemas para el ex vicepresidente. La U está proponiendo -al parecer por orden de Santos- que toda la Unidad Nacional vaya con candidatos de coalición para 2015, en todas las regiones. Eso le dificultaría aún más el camino a Angelino en Bogotá, pues Pardo renunció al gabinete para jugar un rol central en la segunda vuelta en Bogotá y ya está planeando su campaña desde entonces.
Un dirigente liberal le confirmó a La Silla esa estrategia electoral. “La idea es tener una persona fuerte en los sitios más claves, o si no perdemos”, dice.
Pardo no pertenece a La U y tampoco tiene aliados dentro del partido pero es cercano al Gobierno, que -pese a los brotes de ‘rebeldía’ de todo este semestre de los congresistas inconformes con la repartición burocrática que les ha tocado- sigue teniendo mucha influencia en éste (como mostró que en su congreso la semana pasada estaban esperando guiño de Santos para escoger presidente). Su presidente saliente, el también ex ministro Díaz-Granados, es muy cercano al Presidente y lo mismo Roy Barreras, uno de los tres que lo remplaza en la dirección.
De hecho, como ha contado La Silla, Pardo ha dicho que si no es el candidato único de la coalición retira su aspiración pues no someterá su nombre a una consulta.
Ahí entra el segundo problema para Angelino. A diferencia de Pardo y de Clara, él se fue a Ginebra (Suiza) justo antes de la segunda vuelta, cuando las elecciones estaban muy reñidas con Óscar Iván Zuluaga. No hizo correrías por el país como el resto del gabinete, nunca se manifestó a favor de Santos y rechazó la embajada en Brasil que le ofrecieron con desdén (aduciendo que a su perro Orión le sentaría mal el clima de Brasilia). Encima de que salió distanciado del gobierno, corrieron los rumores de que tendía puentes con el uribismo.
Santos aún no le ha hecho ningún guiño a un candidato en Bogotá y, dada la favorabilidad que tiene Angelino, podría ser para la coalición gobiernista una carta fuerte para frenar a Pacho Santos. Pero para hacerlo, el presidente tendría que respaldar a quien no lo respaldó a él y en vez negarle ese espaldarazo a al menos dos candidatos que sí lo hicieron. Es decir, Santos tendría que traicionar a sus aliados para favorecer a alguien que no le ha sido leal.
También existe la posibilidad de que La U, cada vez más molesta con Santos, juegue sin consultarlo. Como ha contado La Silla, hay un sector de congresistas (sobre todo los costeños) descontentos con el trato burocrático de Santos II. En voz baja, algunos de ellos dicen que la Unidad Nacional podría reventarse si continúa lo que sienten como un maltrato al partido más grande de Gobierno (esto, a pesar de que tienen los ministerios de Agricultura, Defensa, Comercio, Educación, Ambiente y el Icbf).
Sin embargo, por el momento esa molestia no se ha traducido en rebelión en contra de los deseos del Presidente. Evidencia de ello es que La U terminó votando por el candidato a Contralor que quería el mandatario (Edgardo Maya). El propio Santos acompañó al partido en el cierre de su cónclave de Santa Marta.
Angelino, sin embargo, ya se acercó a los representantes de La U en Bogotá, luego de conocerse el pronunciamiento del CNE que lo imposibilita a lanzarse por otro partido. El encuentro, hace una semana, fue con buena parte de la bancada de concejales de La U en la capital.
Una persona que asistió le contó a La Silla que el ex vicepresidente les reiteró que aún no tiene claro si quiere ser candidato en Bogotá o Cali, pero en todo caso les confirmó que sí quiere aspirar.
Varios concejales le contestaron que él sería una carta fuerte. “Sabemos que por su trayectoria, favorabilidad y hoja de vida sería un candidato interesante, pero igual hay que esperar porque esto debe ser en consenso”, le dijo a La Silla uno de ellos.
La movida de Garzón con los concejales no fue bien vista por varios congresistas, que son los reales pesos pesados del partido. Uno de ellos describió la reunión fue “un error político” de Angelino, porque finalmente el grueso de la decisión depende de ellos.
En Cali Garzón tiene una favorabilidad del 50 por ciento según la Polimétrica y partiría de lejos como el favorito.
A diferencia de Bogotá -donde hay precandidatos bien perfilados como Pardo, Clara y Pacho Santos- en la capital vallecaucana hay nueve precandidatos sin apoyo decidido de sus partidos y con baja intención de voto.
Mientras 33 por ciento señala que podría votar por Garzón, el segundo en el partidor -el ex representante Roberto ‘Chontico’ Ortiz- solo marca 9 por ciento. Curiosamente, es muy cercano al ex vicepresidente y ha dicho que si Angelino se lanza él retira su aspiración.
Luego empatan el conservador Santiago Castro, el polista Wilson Arias y la independiente Luz Elena Azcárate con el cuatro por ciento. Es decir, Angelino tiene todo para ser el puntero en la carrera.
Por ahora, entre los congresistas -los todopoderosos en La U- no se ha planteado el asunto abiertamente, pero se comenta que el senador Roy Barreras (del Valle, como Angelino) sería uno de los palos en la rueda de la eventual aspiración de Garzón en Cali por pura rivalidad política. Su poder radica en que, como recién elegido copresidente de La U, será una de las tres voces de quien dependen los avales que da el partido.
A nivel local Angelino y Roy nunca han competido y el senador no tiene ningún precandidato en la carrera, pero -como le dijo a La Silla un congresista vallecaucano y le confirmaron otros cuatro políticos- “es famosa su animadversión”. La mayoría de los episodios tienen más de rumor que de evidencia, pero muestran la tensión entre ambos.
Uno de ellos fue cuando, el día en que se elegía a Barreras presidente del Congreso en 2012, hubo un paro del sindicato de Caprecom frente al antiguo Hotel La Botica donde estaba reunida la bancada de La U. Barreras nunca mencionó el nombre de Garzón, pero -como contó La Silla- muchos leyeron ese paro -en el que los sindicalistas protestaban por la “roy política” o las supuestas cuotas del senador en la entidad- como parte de un pulso entre ambos. Esto porque el entonces director de Caprecom Juan Carlos Botero era vallecaucano y fue alto funcionario del ex alcalde Jorge Iván Ospina, cercano a Angelino.
Unos meses después la pelea se atizó, cuando Garzón sufrió un accidente cerebrovascular y Barreras -ya de presidente del Congreso- fue uno de los primeros en volver su salud un tema de debate público, por lo que le llovieron críticas. El instante más álgido fue cuando el Senado, por iniciativa de Barreras, pidió hacerle una visita médica de la Academia Nacional de Medicina y que Angelino la rechazara.
Además, Barreras ha sido muy crítico de Angelino. En 2011 le pidió a La U que le hiciera una "observación disciplinaria" por sus críticas al modelo de medición de pobreza que adoptó el Gobierno. Un año después lo criticó por hablar favorablemente de una asamblea constituyente (que por esos días el uribismo pregonaba), diciendo que "va a tener que explicar cómo, en contravía de la opinión del presidente, decide acoger las banderas del Puro Centro Democrático".
Varios congresistas de La U coinciden en que la relación entre ambos es mala. “A Roy no le gusta para nada”, le dijo a La Silla un senador. “Roy no lo quiere, no quiere que esté aquí”, dijo otro legislador.
Esa versión coincide con la de un político de otro partido que hace un mes se reunió con Garzón: “Lo que dice Angelino es que está entre Cali y Bogotá, pero que en Cali él sabe que Roy se opone a su aspiración”.
De hecho, el viernes Barreras dijo que Angelino -a quien describió como un luchador popular- por ahora “no puede ser candidato ni de Bogotá, ni de Cali ni de Neiva (...) porque no tiene el carnet de La U”.
“Es como si su señora se divorcia de usted, le manda una carta de renuncia y no le dice por qué. Y después las amigas le dicen que ella quiere volver. Y uno dice ‘espere yo hablo con ella porque no sé por qué se fue y me manda razón con el peluquero’ (...) Eso le pasa al Partido de La U con Angelino”, dijo ese mismo día en radio.
De todos modos, no es una decisión que dependa solo de Barreras. Los avales de La U los entregará la nueva presidencia colegiada, que se posesiona en diciembre y que incluye a un senador (Barreras), un representante (Berner Zambrano) y el congresista que tenga la más alta dignidad (José David Name, el actual presidente del Congreso).
El senador del Valle llega más fuerte a ese rol porque -como contó La Silla- tiene el apoyo de todos los congresistas de La U, mientras que Name está peleado con muchos. A su vez, Zambrano fue escogido en un reñido conteo sobre Hernán Penagos y tampoco genera consenso aún.
Barreras le afirmó a La Silla que no será un palo en la rueda para nadie. “No habrá motivaciones personales para conceder o negar avales y menos a alguien como Angelino tan lleno de cualidades y que tiene el cariño del pueblo colombiano”, dijo. (La Silla intentó sin éxito comunicarse varias veces con Garzón).
Pero, reiteró, todos los candidatos deberán llenar dos requisitos: ser militante del partido y comprometerse con ciertas banderas programáticas que esbozaron en Santa Marta, como tener un presupuesto para luchar contra la desnutrición infantil. Además, añadió que la idea es tener candidatos únicos de la Unidad Nacional en las 32 gobernaciones y 32 alcaldías de ciudades capitales, un tema que aún tiene La U que definir con los liberales y Cambio Radical.
El primer argumento, el del carnet al que Angelino renunció dos semanas después de cederle la silla vicepresidencial a Germán Vargas Lleras, lo repiten muchos políticos del partido, aunque en la práctica no parezca un asunto difícil de resolver. El tema es quién busca a quién: La U insiste en que Angelino se fue y él dice que "no voy a ir a pedir canoa a La U".
En cualquier caso el ex vicepresidente decidió -como le ha contado a varias personas que se han reunido con él- que sólo tomará una decisión hasta el 15 de mayo, fecha especial para su familia porque es el cumpleaños de su hija Jenny (que murió en el 2000). Y que de todas maneras no lo trasnocha si no juega en las regionales de 2015 porque podría también ir en las presidenciales de 2018.
Si La U apoyara a Angelino, tendría en sus manos una carta fuerte en una ciudad donde nunca ha gobernado. Un asunto que no es de poca monta, en una colectividad que -aun siendo más una federación de caciques que un partido tradicional- no tiene ninguna alcaldía de ciudad grande (las más grandes son Villavicencio, Neiva y Sincelejo).
De hecho, podrían hacer moñona porque la ex senadora y baronesa electoral Dilian Francisca Toro parte -si sus líos judiciales la dejan- como la favorita para la Gobernación del Valle. Aunque eso, un mismo partido con ambos, podría generar roces con sus aliados en el gobierno Santos.
Si ganara Angelino, quedaría además casi por completo descartado para las presidenciales del 2018, algo que le convendría a los potenciales candidatos de la Unidad Nacional como Mauricio Cárdenas, Simón Gaviria y sobre todo Vargas Lleras.
“Si Angelino no es alcalde en Bogotá o Cali, va a ser candidato en 2018. Eso les arma [a los presidenciables santistas] un problema, más que una oportunidad”, dice un político vallecaucano que lo está respaldando pero que no está autorizado por su partido para pronunciarse sobre el tema.
Como sea, Angelino tiene tiempo de sobra para estar indeciso. En La U, recién estrenando la presidencia colegiada que los dirigirá durante el año electoral, apenas empezará a calentarse el tema de los avales y las posibles coaliciones. Así que a la novela entre los dos le falta más de un capítulo.