Los 15 cañonazos electorales del 2015

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En estas elecciones pasaron muchas cosas y La Silla trató de estirar sus patas a todos los rincones del país para lograr cubrir lo más significativo. Este es nuestro Top 10 de aquello que caracterizó esta larga contienda electoral.

En estas elecciones pasaron muchas cosas y La Silla trató de estirar sus patas a todos los rincones del país para lograr cubrir lo más significativo. Este es nuestro Top 10 de aquello que caracterizó esta larga contienda electoral.

No fue un plebiscito por la paz. La seguridad siguió siendo el tema de campaña

A menos de seis meses de la firma de un Acuerdo Final que le pondría fin a una confrontación armada de medio siglo con las Farc, el tema de la paz brilló por su ausencia en esta contienda electoral. Y así se decidió que fuera incluso en Casa de Nariño, como contó La Silla. Fue una oportunidad perdida para hacer pedagogía sobre el proceso y para abrir el debate a nivel territorial, que es precisamente el enfoque que tiene lo que se está negociando en la Habana. El tema que dominó la contienda en casi todo el país fue el de la seguridad ciudadana, una de las mayores preocupaciones de los colombianos.

Las elecciones regionales se convirtieron en unas primarias de las presidenciales 2018

Como lo explicó Carlos Suárez en su blog de La Silla, estas elecciones se convirtieron en el primer pulso de las presidenciales del 2018.  Y el que mejor pavimentó su camino para suceder a Santos fue el vicepresidente Germán Vargas Lleras, cuyo partido Cambio Radical podría pasar de tener cuatro gobernaciones a quedarse con más de diez, incluyendo la más importante que es Antioquia. Con una maquinaria regional propia, Vargas Lleras tendrá mucho más margen de maniobra cuando se vuelva evidente de que no será el candidato de Santos para sucederlo y un apalancamiento importante en caso de que la animadversión que ya le tienen en Casa de Nariño aumente.

A otros presidenciables les fue menos bien. A Sergio Fajardo, su movimiento se dividió en Medellín para abrirle el camino al uribista Juan Carlos Vélez y lo más grave es que su sucesor en la Gobernación podría ser su archienemigo y aliado de Germán Vargas Luis Pérez. Si Pérez gana, Fajardo la tendrá muy difícil para el 2018.

Gustavo Petro también le jugó al 2018, poniendo a los progresistas y a la maquinaria del distrito compuesta de los más de 100 mil contratistas detrás de la candidatura de Clara.

Con esta jugada, Petro volvió a ponerse de la orilla del Polo, su antiguo partido al que le había dado un portazo en 2011, y pavimentó su camino para tener esa estructura cuando aspire a la Presidencia en tres años. En ese momento, seguramente habrá una consulta interna entre los aspirantes de izquierda, por lo cual, el senador y también presidenciable de izquierda Jorge Enrique Robledo no solo encontró competencia sino que, además, uno de sus fortines, las Dignidades, se dividieron con el uribismo, como contó La Silla

Marta Lucía Ramírez también se abrió un espacio, jugando de cupido de su corriente conservadora con el uribismo en muchas zonas, logrando los avales del Centro Democrático a varios de sus candidatos, con lo cual mejoró su posición dentro del partido. Entre sus apuestas están Óscar Barreto en Tolima, Sigifredo Salazar en Risaralda y Nancy Patricia Gutiérrez en Cundinamarca.

Jorge Robledo también hizo gira por 22 departamentos, respaldando a los candidatos del Polo y cimentando su imagen como presidenciable de ese partido de izquierda (aunque sus aspiraciones dependen de que Clara gane, porque si no llega a la Alcaldía podría querer volver a ser candidata presidencial).

Nuevamente se demostró que tener la alcaldía y la gobernación es el mayor factor de poder electoral

Desde los municipios más pequeños como Alcalá y Ulloa, en el Valle del Cauca, hasta la alcaldía de Bogotá pasando por las alcaldías de Barranquilla, Pasto, Ibagué, Valledupar, Santa Marta y Bucaramanga, los alcaldes en ejercicio se dieron mañas para movilizar las maquinarias de empleados por contrato de la municipalidad para favorecer a su candidato de preferencia.

Álvaro Uribe no logró convertir su poder personal en una estructura política regional fuerte para las presidenciales del 2018 aunque creó las bases de su partido

A pesar de que Álvaro Uribe sigue siendo el político más popular del país, y de que en las pasadas elecciones logró transferirle a su candidato casi 7 millones de votos, en estas regionales no logró reclutar candidatos fuertes con capacidad de combatir las maquinarias de los partidos tradicionales. Eso lo deja mal parado en términos de estructura política para las presidenciales y también para oponerse al proceso de paz a nivel regional. Pero, en todo caso, el Centro Democrático habrá sembrado las semillas de un verdadero partido político, con directorios locales y regionales, concejales y diputados.

La izquierda se la jugó toda por conservar Bogotá

Después de haberse dividido en los últimos años, la izquierda se unió en Bogotá detrás de la campaña de Clara López, cuando se vio amenazada su candidatura por Enrique Peñalosa. No solo los Progresistas que retiraron su candidata María Mercedes Maldonado para adherir a la campaña del Polo, y poner a los miles de contratistas del distrito a hacerle campaña a Clara sino también los progresistas que habían migrado al Partido Verde como Antonio Navarro y Antonio Sanguino. La UP, la Marcha Patriótica, los del Mais también están con clara. Su apuesta es conservar Bogotá, porque si pierden Bogotá sus perspectivas para el 2018 son más difíciles.

Las Farc se metieron activamente en la política electoral en algunas regiones


Mientras a nivel nacional hay un intenso debate sobre si se les debería permitir a los guerrilleros participar en política, y en qué condiciones, en los territorios donde se implementarían los acuerdos, las Farc ya está haciendo política como contó La Silla. Las Farc participaron en esta campaña de tres maneras: haciendo proselitismo a favor de candidatos, incluso de partidos tradicionales; creando organizaciones paralelas a las tradicionales para subvertir su poder y reemplazarlas por organizaciones creadas por ellos; incidiendo en espacios locales donde se comienza a pensar cómo será la implementación de los acuerdos de la Habana.

Las campaña se profesionalizaron, se encarecieron, y desaparecieron los antipolíticos

El Consejo Nacional Electoral autorizó que los candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y JAL pudieran pautar en televisión, lo que disparó los costos de las campañas. Además, en esta campaña se volvió una regla más que la excepción para las campañas de las principales ciudades y gobernación tener un estratega, hacer encuestas internas, asistir a debates, preparar un programa medianamente original, hacer focus groups, etc.

En este nuevo contexto, los antipolíticos desaparecieron del paisaje nacional. Personajes como Mockus, Fajardo, Marcelo Torres, o Carlos Caicedo no se vieron en estas elecciones. Maurice Armitage, que habría sido el personaje a encarnar el antipolítico terminó avalado desde por Cambio Radical hasta Cambio Democrático.

Las mujeres al poder

En esta campaña, no solo aumentó la participación de las mujeres (en esta oportunidad hay 39 candidatas a Alcaldías o Gobernaciones) sino que por primera vez más de cinco gobernaciones quedarán en sus manos. Es muy probable que ganen Dilian Francisca Toro en el Valle, Oneida Pinto en La Guajira, Sandra Milena Gómez en Quindío, Sorrel Aroca en Putumayo, Marcela Amaya en el Meta y Rosa Cotes en el Magdalena. También están fuertes Milene Jarava en Sucre, Nancy Patricia Gutiérrez en Cundinamarca y Fernanda Salcedo en Casanare. A eso se suman varias posibles alcaldesas: Jimena Velasco en Popayán, Adriana Gutiérrez en Manizales y Clara López en Bogotá.

La mayor novedad es que la mayoría de ellas tienen sus propias carreras en el sector público y lideran sus grupos políticos (y no están heredando el poder de un esposo o hermano).

Colombia vuelve a ratificar que la política es dinámica

Si había alguna duda de que en las elecciones regionales, se impone la lógica local ante todo, estas elecciones lo ratificaron de nuevo. No solo no jugó la Unidad Nacional unida en una parte significativa del territorio sino que en varios lugares se dieron alianzas insospechadas. En Santa Marta, el herededo de Carlos Caicedo, Rafael Martínez, obtuvo el apoyo del Polo y luego, cuando se le adhirió el uribismo le retiraron el apoyo. Los uribistas también se aliaron con el Partido Liberal en el Cesar con Arturo Calderón. Los dos barones conservadores Miryam Paredes y Eduardo Enríquez Maya apoyando a los candidatos de izquierda en Pasto y Nariño (Pedro Vicente Obando y Camilo Romero). En Cali, Maurice Armitage -que ha hecho campaña con su respaldo al proceso de paz y la reconciliación- terminó apoyado por Uribe, en persona.

Candidatos millonarios

Según sus reportes en Cuentas Claras, hay candidatos tan fuertes financiera y electoralmente, que se lanzaron sin tener que recibir donaciones de nadie, aparte de sus familiares. Son Luis Pérez en Antioquia, Álex Char en Barranquilla y Edwin Besaile en Córdoba. Otros, como Pacho Santos, son el principal donante de sí mismo, y lo mismo Clara López, que es su principal donante.

 De víctimas a candidatos

Cuatro años después de que Santos convirtió la Ley de Víctimas en una de sus banderas, al menos 48 líderes de las mesas departamentales de víctimas y otras cuatro que viajaron a La Habana estarán este domingo de candidatos en los tarjetones, casi siempre en los concejos locales y Asambleas. Ver historia.

Las encuestas en la mira

En las elecciones a los candidatos solo suelen gustarles las encuestas en las que van ganando. Sin embargo, si algo caracterizó esta contienda fue la guerra de encuestas, cada una más diferente de la otra. Esto llevó a que buena parte del debate electoral se transfiriera de lo programático a la validez de las encuestas, llevando incluso a personajes como Clara López y Marta Lucía Ramírez a denunciar encuestas ante el Consejo Nacional Electoral.

Los parapolíticos regresaron a hacer política de frente

En esta campaña, como en las pasadas, varios parapolíticos salieron al ruedo de la política. Pero en estas elecciones varios salieron del clóset e hicieron proselitismo de frente. Dentro de los casos más emblemáticos -apoyando tanto candidatos de partidos de la Unidad Nacional como del uribismo- están Hugo Aguilar y Luis Alberto Gil en Santander, Óscar Suárez Mira y Ruben daría Quintero en Antioquia, Gonzalo García Angarita en Tolima, Óscar Wilches en Casanare, Miguel Pineda en Magdalena, Pedro Pestana en Córdoba y Miguel Ángel Rangel en Bolívar.

Santos pasó de agache en estas elecciones

El presidente Juan Manuel Santos no se vio en estas elecciones. Ni siquiera sus ex funcionarios que estaban de candidatos -como su ex ministro Rafael Pardo, su ex alto consejero Álex Char, su ex vicepresidente Angelino Garzón ni su negociadora de paz Nigeria Rentería- hicieron el más mínimo esfuerzo por asociar su imagen a la del Presidente. Los congresistas santistas como Carlos Ramiro Chávarro en el Huila o Eugenio Prieto en Medellín tampoco lo hicieron. La Silla sabe que desde Casa de Nariño le dieron un empujón al candidato de los Noños en Córdoba y a Maurice Armitage en Cali, pero, en términos generales, Santos no parece haber sido un factor en esta contienda, a diferencia de su Vicepresidente y de su antecesor, a quienes prácticamente todos los candidatos del Centro Democrático trataron de clonar.

Las causas en las ciudades se volvieron visibles en la campaña

Como contó La Silla, aunque las ‘nuevas ciudadanías’ --como las llamó su gran promotor Gustavo Petro- todavía no parecen ser decisivas a la hora de votar, los temas de los animalistas, activistas Lgbti, ciclistas, y ambientalistas entraron de lleno a la agenda electoral. Tanto que, según varios líderes de estas causas consultados por la Silla, esta es la primera vez que son los candidatos los que se acercan a ellos para buscar su apoyo o asesoría y no al revés.
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