Primera Línea Metro ¡Ahora sí, que sí!
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Es dificil de creer porque ya hemos tenido por lo menos 10 proyectos que se han anunciado como inminentes, listos, y el metro siguió siendo un proyecto, un sueño. Ahora es un contrato, que iniciará construcción en 2020 y estará en proceso por siete años. Será un componente clave de la movilidad, del sistema multimodal que necesitamos para la ciudad y la región y el inicio de una red que se extenderá en el tiempo.
Los tres ingredientes más importantes para avanzar hasta este punto del proceso:
1. Acuerdo y trabajo conjunto entre la Nación y el Distrito.
Esto es tal vez, el mayor obstáculo que enfrentó Bogotá hasta la fecha. Cuando el Gobierno Nacional quería avanzar con el proyecto; por ejemplo el presidente Ernesto Samper en 1995, el gobierno local no quería (primer gobierno de Antanas Mockus), y viceversa, cuando el gobierno local quería avanzar, el gobierno nacional no daba el apoyo definitivo (Enrique Peñalosa, en su primera administración, no recibió apoyo definitivo del gobierno naiconal de Andrés Pastrana; Samuel Moreno no recibió apoyo de Álvaro Uribe, o al menos lo recibió lleno de condiciones; Gustavo Petro no recibió aprobación definitiva del Gobierno de Juan Manuel Santos).
Ver: El avance del Metro requiere que los intereses nacionales y distritales estén alineados
Ahora el trabajo conjunto de los gobiernos nacionales de Juan Manuel Santos y de Iván Duque (Ministerios de Hacienda y Transporte, Departamento Nacional de Planeación y Financiera de Desarrollo Nacional), y de múltiples entdidades de la administración distrital de Enrique Peñalosa (Empresa Metro, Secretaria de Hacienda, Secretaria de Movilidad, Secretaria Jurídica, Secretaría de Planeación, TransMilenio S.A., entre otras), logra el objetivo de licitar y adjudicar la construcción, suministro y operación de esta primera línea.
Como gerente de un proyecto que se avanzó pero no se licitó hace 21 años, veo con admiración el trabajo de este grupo profesional, y aplaudo su logro, no excento de dificultades.
Ver la historia del proyecto en 1998-2000: Repetir la historia del metro
2. Acompañamiento de Banca Multilateral (BID, Banco Mundial y Banco Europeo de Inversiones).
Contar con la experiencia, el apoyo y la exigencia de varios bancos multilaterales es una garantía de mejores procedimientos, avance técnico adecuado y transparencia. También, un reto: trabajar con requerimientos distintos y múltiples requisitos y aprobaciones. En el pasado, otros proyectos también tuvieron algún grado de acompañamiento del Banco Mundial, el BID y la CAF, pero no llegaron a nivel de aprobación de líneas de crédito.
Si bien es una ventaja muy valiosa, también requirió un esfuerzo adicional de entidades locales y nacionales, que derivaron en algunos aplazamientos en el cronograma (el proyecto tuvo muchos anuncios de fechas, que fueron cambiando en el tiempo). Una de las razones fue el mismo aprendizaje de procedimientos y requisitos, que desde afuera se ven sencillos, pero el día a día muestra que se hace camino al andar.
Ahora bien, el proyecto continuará con la supervisión y apoyo técnico de los bancos multilaterales, lo cual también es muy positivo. Esa experiencia internacional es valiosa.
3. Proceso técnico para soportar las decisiones
La institucionalidad creada para avanzar el proyecto le da solidez. Tuvimos empresa metro en el pasado (creada en la administración de Durán Dussan en 1982 y liquidada en la administración de Jaime Castro en 1993), pero fue necesario crear una nueva empresa y dotarla de profesionales idóneos. Ese grupo profesional muestra resultados. Ahora tendrá el encargo difícil de supervisar la elaboración de los diseños definitivos, la construcción y el suministro del proyecto, en compañía de la empresa de consultoría especializada en Gerencia de Proyectos – PMO (Project Management Office).
Para llegar este paso final de contratación, se realizaron estudios de alternativas de trazado, evaluación costo beneficio, ingeniería básica avanzada, estructuración técnica legal y financiera, y otros estudios complementarios sobre geotécnia, redes y prediales. En el proceso han participado múltiples firmas nacionales e internacionales, aportando conocimiento y experiencia.
El proyecto ha sido caricaturizado por sus críticos, pero una comparación con diez líneas recientes o en construcción en México, Panamá, Santo Domingo, Quito, Lima y Santiago indica que ni es pequeño en longitud, ni demanda, ni tampoco es el más caro (Ver: Primera Línea del Metro de Bogotá: ¿Minimetro?). Tampoco ha estado excento de palos en la rueda e imagino que vendrán otras intentos. Sería mejor que nos uniéramos para sacar este proyecto adelante para mitigar sus impactos y aprovechar todo su potencial.
Lo que viene
Las próximas administraciones distritales tendrán la responsabilidad de llevar este contrato a feliz término. Será un proceso complejo desde muchos puntos de vista y tomará siete años de construcción y suministro y 20 de operación. Los retos son múltiples: desde compra de predios y traslado de redes de servicios públicos, diseños definitivos, desvíos de tráfico, y construcción de obras civiles de alto impacto en zonas urbanas consolidadas; hasta importación e instalación de equipos. Un componente valioso será la construcción colectiva de una cultura metro, que replique la experiencia positiva de Medellín y de los primeros años de TransMilenio, y no solo se mantenga en el tiempo, sino que llegue a muchas otras cosas que hagamos en Bogotá.
También debemos avanzar en la preparación y financiación de la extensión de la Primera Línea y desarrollo de otras líneas, al tiempo que se consolidan nuevas troncales, cables, trenes regionales y se mejora el sistema existente TransMilenio y SITP zonal, que siguen en cuidados intensivos (Ver El metro es muy importante, pero…).
¡Arrancamos!
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